Sheinbaum y sus circunstancias
Desde el pasado fin de semana, los banqueros mexicanos tienen como conversación común un distanciamiento entre Rogelio Ramírez de la O y Claudia Sheinbaum, que hace temer una retirada del secretario de Hacienda y Crédito Público mucho más próxima a la estimada inicialmente.
El plazo fatal es después de la presentación del Presupuesto 2025, cuyo plazo vence el 15 de noviembre
El aún secretario pensaba en una postura más moderada de la futura presidenta ante la reforma al Poder Judicial. Para su sorpresa, la mandataria electa se alineó con el presidente Andrés Manuel López Obrador, a pesar de la incertidumbre que el nuevo marco legal implica para los inversionistas.
Trascendió que, a finales de agosto, el funcionario sostuvo una larga conversación con Sheinbaum y con López Obrador. Allí explicó lo que ya mostró el último reporte de Banxico: la economía va en desaceleración, una constante, ante cada cambio de sexenio.
Concluyó la plática con su hipótesis de que los tiempos de la reforma al Poder Judicial se iban a ampliar y eso le permitiría reducir los nervios de los inversionistas, ocurrió lo contrario: luego de la reunión el tiempo para aprobarla se aceleró de modo vertiginoso.
En ese escenario, Ramírez de la O tiene el reto de convencer a las calificadoras crediticias de que reducirá el déficit en 2025, en un escenario de desaceleración económica y un posible freno a las inversiones, sumado al enfriamiento de la economía en Estados Unidos. Peor escenario, imposible.
Fitch y Moody's han hecho análisis que preocupan sobre el panorama mexicano y su calificación crediticia. La segunda calificadora, además, advirtió de impactos para las instituciones financieras de crédito del país. Ramírez de la O comentó la información de la calificadora con algunos banqueros, con una lectura negativa sobre el gobierno, lo que molestó a la presidenta Sheinbaum.
También hay molestia del funcionario por el poco margen que le dejaron para designar a un nuevo equipo en Hacienda, como le habían autorizado, pero ya se instruyó la permanencia de todos sus integrantes, al menos hasta diciembre, salvo Juan Pablo de Botton, que va al equipo de Clara Brugada.
Pemex, donde a pesar de que fue una de sus exigencias el cambio de director, no pudo que quedara una de sus propuestas. A la dirección de la petrolera llega Víctor Rodríguez, que pertenece al círculo cercano de la futura presidenta desde su paso por la UNAM.
Tampoco lo escucharon para otros puestos claves de la petrolera como la dirección corporativa de administración, para la que suena Marcela Villegas, actualmente coordinadora general de la Central de Abasto, por lo que su jefa directa durante este sexenio fue Luz Elena González, futura secretaria de Energía.
En la banca de desarrollo, Nafin y Banobras, tampoco tendrá libertad de elección, las señales apuntan a que Sheinbaum mantendrá congelados estos puestos hasta que asuma la presidencia.
Amenaza la permanencia de Ramírez de la O un panorama más adverso en Estados Unidos. La proyección del secretario ha sido inamovible al descartar una recesión en el país vecino, sin embargo, la Fed empezó el recorte a las tasas de interés.
Para el brillante economista, Rogelio Ramírez de la O no hay interés ni entusiasmo para permanecer más tiempo en Hacienda y en Palacio Nacional quieren retenerlo, aunque se menciona que podría irse una vez que entregue el paquete presupuestal programado para el 15 de noviembre.
Aún no empieza el próximo sexenio presidencial y se avisarán bajas en el equipo de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien a estas alturas deben estar buscando sustituto. Empezar con problemas económicos, hace recordar el diciembre de 1994 y la devaluación de Ernesto Zedillo, que derivó en una crisis de grandes dimensiones.
Y una crisis económica no fue una propuesta votada a favor de la Cuarta Transformación.
De las anécdotas que se cuentan
Que no invitarán al Jefe del Estado español a la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, fue una decisión que se tomó en Palacio Nacional.
La presidenta electa fijó ayer su posición y argumentó que hubo una descortesía de la monarquía con una propuesta de López Obrador y este mismo mostró que de sus oficinas salió la orden para no invitar al Rey Felipe VI y justificar la razón.
Dijo ayer en su mañanera:
"Yo apoyo a la presidenta electa. Si ella ya tiene una postura, la suscribo, la respaldo, porque le tengo mucha confianza a la presidenta electa.
"Es lo mejor que nos pudo haber pasado, estoy muy contento", declaró feliz, aunque haya generado una crisis diplomática con el segundo país que mayores relaciones comerciales tiene México.
Se cumplieron sus deseos.
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*ARD