Criminales se regodean
En Puebla se notan, cada vez con más descaro, las fauces del crimen organizado
La madrugada del domingo, afuera del restaurante “Mochomo´s”, en el centro comercial Solesta, frente a Angelópolis, fue levantado el joven César Eduardo Garrido, un “empresario” de Coatzacoalcos, Veracruz, que usaba una Porsche Cayenne y que tuvo una reunión con su novia.
Ella llegó en su propio auto al lugar y se estaban despidiendo a las 2:30 AM, cuando el emprendedor fue levantado por un grupo de hombres con rifles de asalto, dejando a su novia en el lugar, ella es empleada de uno de los Tribunales de Circuito del Poder Judicial de la Federación en Puebla.
Aproximadamente 24 horas después, un auto en llamas con un cadáver adentro y una hielera con otro cadáver y un mensaje, fue estacionado frente al C-5 ubicado en el Periférico. El cuerpo que estaba dentro del vehículo Nissan incendiado a las puertas del C-5 es el de César Eduardo Garrido, el “empresario” levantado en el Mochomo´s.
De acuerdo a las primeras investigaciones, se dedicaba a comprar tractocamiones y otras unidades pesadas, previamente robadas. Las desmantelaba, modifica o enderezaba su documentación para después venderlas en otros estados de la República.
Los autores del levantón, no descartan los investigadores, que fueron integrantes del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El mensaje junto al cadáver en la hielera que dejaron en el estacionamiento del C5 señalaba:
“Seguimos con la limpia, todo el ratero y el que no se alinee (sic) así va a terminar. Att. GOEM Grupo de Operaciones Especiales Mencho CJNG”.
Por el lugar y los detalles no era un delito más, sino contenía un mensaje para policías y funcionarios que tienen como oficinas el búnker del C-5. Entre ellos el secretario, Daniel Cruz, y el subsecretario Humberto Rivera, de Seguridad Pública estatal.
Enfrente del C-5 quedaron las huellas del Aveo incendiado en el estacionamiento del edificio que se ubica sobre Periférico Ecológico.
El 9 de julio una célula de CJNG entró al casino Big Bola en Lomas de Angelópolis. Ahí mismo asesinaron a Alexis “El Jaguar” y su escolta y se llevaron a su novia, “La Jaqui”.
Ayer fue encontrado su cadáver en Ocoyucan. Se sabe que el CJNG se molestó porque la pareja se hizo pasar como integrantes de dicho grupo y extorsionaron a un empresario de Chipilo, con un millón de pesos, recursos que se estaban gastando en el casino.
Sólo entre sábado, domingo y lunes, en Puebla se encontraron dos ejecutados en la colonia Revolución Mexicana; dos cadáveres en llamas enfrente del C-5 estatal y un ejecutado dentro de su propio auto, estacionado enfrente de un hospital público, en Coxcatlán en la Sierra Negra.
El ambiente de inseguridad en Puebla aumenta por la presencia del crimen organizado y sus acciones ostentosas para que se sepa que están aquí y ellos dominan el territorio, sin importar todos los esfuerzos de los tres niveles de gobierno por garantizar la seguridad de la población.
El estado dejó de estar exento de este tipo de actos criminales, como se pensó hace algunos años, y lo peor puede estar por venir.
De las anécdotas que se cuentan
Un ejemplo de la incidencia delictiva y hasta dónde puede llegar el crimen organizado lo vivió la mañana de ayer Culiacán, Sinaloa con al menos un civil muerto y dos elementos de las Fuerzas Armadas lesionados como saldo preliminar del enfrentamiento de criminales contra militares.
Fuentes policiales confirmaron que se trató de un individuo con pechera y casco táctico, quien se encontraba cerca de tres vehículos baleados en la Carretera México 15, en las inmediaciones del Splash Club rumbo al sur de Culiacán.
Rubén Rocha Moya, Gobernador de Sinaloa, dijo previamente que elementos del Ejército fueron atacados en la Colonia La Campiña, resultando dos soldados heridos.
Previamente, la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa reportó que, en La Campiña, una colonia sinaloense hubo un enfrentamiento entre civiles armados y que no se tenía conocimiento de enfrentamientos entre autoridades y civiles.
Eso no queremos para Puebla.
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*ARD
