El desastre de Santo Tomás
Los videos de la toma de posesión de Pedro Luis Hernández de Paz como presidente municipal de Santo Tomás de los Plátanos, en el Estado de México, son surrealistas.
La ceremonia del 17 de diciembre transcurre con normalidad y un parpadeo después, todo es un zafarrancho, el funcionario intenta zafarse de sus captores, las lonas se desploman, los manteles se caen y la gente se queda sumida en la confusión.
El asunto no es menor si se considera que el alcalde, finalmente prófugo, se llevó a su esposa, Rosario Matías, alcaldesa en funciones de Santo Tomás.
Sin alcalde, el municipio sigue envuelto en el “Operativo Enjambre”, ya que la detención de Hernández de la Paz forma parte de dicha acción federal.
Pedro Luis Hernández de la Paz subió el pasado fin de semana un video a sus redes sociales en donde, además de exculparse de cualquier delito, dijo contar con una suspensión provisional contra cualquier orden de aprehensión, un amparo otorgado por el Juzgado Primero de Distrito, a cargo del juez Juan Pablo Cortés Torres, y la solicitud de una primera audiencia al juez de Tenango, Omar Estévez Martínez.
Hernández de Paz lanzó finalmente una perla que da una idea de cómo se mueven las cosas:
“Si es necesario cambiarme a Morena, lo haré. Yo no quiero un puesto político, un cargo público, ya no quiero nada, solamente quiero paz”.
Además, pidió ayuda a la doctora Claudia Sheinbaum y a la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, así como a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y a los organismos internacionales para que intervengan en su situación.
No hay que pensar demasiado, la “Operación Enjambre”, por la que se detuvo a presidentes municipales, funcionaros de los ayuntamientos y policías de las localidades, ha levantado mucho polvo y todo indica que hará más todavía, considerando el gigantesco entramado de intereses que ha tocado.
Esperemos que no sea flor de un día y en verdad promueva algo en beneficio de los mexicanos y por supuesto de los poblanos, donde hay casos muy parecidos de intereses de las autoridades municipales con el crimen organizado.
De las anécdotas que se cuentan
El crimen organizado no tiene límites y llega a atrocidades como la que ocurrió ayer en Puebla y provocan a los pobladores que optan por la justicia por propia mano.
La mañana del 26 de diciembre, hubo un hallazgo macabro en Tlancuapican, Chiautla de Tapia, cuando los vecinos descubrieron un cuerpo desmembrado colocado en un pesebre frente a la Iglesia de Cristo Rey.
Alrededor de las nueve de la mañana, personal de la Fiscalía del Estado llegó al lugar para realizar las diligencias. Según los primeros reportes, los restos—brazos, piernas y cabeza—fueron dejados junto a un narcomensaje que contenía amenazas dirigidas a grupos delictivos.
El torso no había sido localizado, aunque las autoridades confirmaron que el cuerpo corresponde a un hombre. Los vecinos indican que los responsables actuaron en la madrugada.
La Iglesia de Cristo Rey, también conocida como la Iglesia de la Piedra Grande, se encuentra en la calle Aquiles Serdán y es un punto central para la comunidad católica.
El pesebre había sido instalado por feligreses, quienes expresaron su consternación por el atroz hecho.
Los pobladores señalaron su preocupación por la inseguridad y la falta de vigilancia policial en el municipio, que ha sido escenario de homicidios previos en 2024, incluyendo el ataque al comandante de la Policía Municipal en julio y el asesinato de un empresario ganadero en noviembre.
Chiautla de Tapia es uno de los 24 municipios poblanos con refuerzos de la Secretaría de Marina, pero la comunidad exige mayor presencia y acciones contundentes por parte de las autoridades.
El atroz hallazgo navideño, generó indignación y lastimó el sentimiento religioso de la comunidad. El crimen no tiene límites.
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*BC