Tras ultimar a asaltantes, “justiciero anónimo” de Naucalpan genera opiniones dividas
El lunes por la noche en Naucalpan, estado de México, un hombre, conocido como “El justiciero anónimo”, mató a dos presuntos ladrones que intentaban asaltar a pasajeros del transporte público en la avenida Gustavo Baz, uno de ellos, falleció de inmediato en el lugar, mientras que, su cómplice, tras intentar huir hacia Periférico Norte, fue perseguido y ejecutado por el vengador.
Los hechos se registraron bajo el puente peatonal del Periférico y calle Jardín, en el Centro de Naucalpan, sin embargo, las autoridades no han localizado al responsable de estos actos.
Sin embargo, en redes sociales, las reacciones fueron a favor del “justiciero anónimo”, donde unos usuarios expresaron que “dios bendiga al justiciero de Naucalpan”, “Adoro los finales felices y gracias al justiciero por hacer un bien a la comunidad” y “Donde quiera que se encuentre el 'justiciero'... ¡GRACIAS TOTALES!...”.
Asimismo, hubo comentarios que reflejaban sentimientos encontrados y la preocupación de la inseguridad del país, “Uno quisiera vivir en un país donde los justicieros no se necesitaran y nadie hiciera justicia por propia mano; pero en este país donde la autoridad no hace nada, nos ponen a los ciudadanos en situaciones extremas donde tenemos que ejercer la autodefensa”.
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Pese a la satisfacción de algunos ciudadanos, otros lamentaron que la violencia no es la solución adecuada para enfrentar al crimen, pues la sociedad debería confiar en las instituciones y promover el fortalecimiento del sistema de justicia para garantizar la seguridad y orden. Ya que, tomar la justicia por propia mano puede llevar a situaciones de violencia desmedida y un ciclo interminable de venganza.
¿Qué es la apología de la violencia?
Cabe resaltar que, la apología de la violencia puede generar una normalización de comportamientos violentos, pues cuando esta se presenta como algo aceptable o se glorifica, especialmente en medios de comunicación, las personas pueden internalizar estos valores y creer que actuar de esa forma es la solución legítima a conflictos o desafíos, lo cual puede generar un incremento de agresiones y tensiones en la sociedad, lo cual socava la convivencia pacífica y el respeto mutuo entre individuos y comunidades.
Pues, puede provocar la desensibilización frente al sufrimiento de las personas afectadas por estos actos violentos, lo que significa que, a medida que la violencia es común y tolerada, los individuos pueden volverse menos empáticos y sensibles ante el dolor y el trauma de los demás.
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La desensibilización puede perpetuar un ciclo de violencia, cada vez más difícil para las personas reconocer el daño que causan y encontrar soluciones no violentas.
Por último, reforzar la idea de que el poder y dominación son valores deseables, alejan la cooperación, diálogo y entendimiento, ya que, al promover la violencia como una herramienta para obtener lo que se quiere, se socava la importancia de buscar soluciones pacíficas y consensuadas.
Con información de Excélsior
*ARD
