El fin de semana pasado, el INEGI emitió los resultados del Indicador Oportuno de Actividad Económica (IOAE) correspondiente al mes de septiembre, que es un instrumento que mide el comportamiento de la economía en forma muy general, con capacidad para identificar si ésta avanza o retrocede.
Respecto al mes de agosto, se dio una caída de -0.1 por ciento y, no es un fenómeno aislado, ya que en julio se registró otra caída de -0.3 por ciento.
Según los datos interpretados en forma sencilla, el comercio y los servicios están perdiendo energía. Estas dos actividades fueron las que inyectaron fuerza a la economía poblana desde la pandemia y son las que han hecho el trabajo que la industria no hace, que es crecer.
Dicho de otra manera: la actividad manufacturera no crece y de manera específica, la construcción está frenada, entre otras cosas por la incertidumbre que existe en términos de las políticas económicas.
Por ello, es muy probable que en 2025 se observa un retroceso y si se diera el caso de que ganara Donald Trump la presidencia de los Estados Unidos, seguramente el comportamiento sería peor, dado que su aversión a los temas que tengan que ver con el nearshoring mexicano y el TMEC, harán que opere en sentido contrario.
Ahí están los datos, si se divide en años el crecimiento del PIB de todo el sexenio de López Obrador, aparece un 0.50, 0.75 por ciento, dependiendo de la fuente de donde se tomen las cifras. Como sea, poco tiene que ver con su promesa de crecimiento del 4 por ciento anual.
Si las cosas siguen así, habrá menos dinero y, por tanto, menos presupuesto federal que se dará para los estados y los municipios.
En ese tono hay que entender lo que puede venir para el próximo año para el estado de Puebla.
Los comercios y servicios, fundamentales para la economía local, ya se agotaron por tanto esfuerzo.
Hasta los héroes se cansan de vez en cuando.
De las anécdotas que se cuentan
La decisión política local de que dos presuntos delincuentes no llegarán a las presidencias municipales de Chignahuapan y Venustiano Carranza, fue revertida por la federación.
La Sala Regional de la Ciudad de México del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación corrigió una vez más al Tribunal Electoral del Estado al revocar la sentencia de nulidad de las elecciones en los municipios mencionados, que emitió en los últimos minutos del 14 de octubre.
El panista Marco Antonio Valencia y Juan Lira, “El Moco”, de FxM, recibieron de vuelta su triunfo como alcaldes y los Concejos Municipales, designados por el Congreso, quedaron sin efecto.
Aún existe la posibilidad de que Morena impugne la decisión ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Los magistrados federales aseguraron que no había razón para que el Tribunal Electoral del Estado anulara ambas elecciones, cuando la Sala Regional ya había validado los resultados.
Lira y Valencia han enfrentado acusaciones de estar vinculados con la delincuencia organizada y ahora con poder, el escenario amenaza con empeorar en las regiones de sus municipios.
Esa es la democracia del pueblo sabio y las decisiones de la Justicia Federal.
No más, no menos.
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*ARD