“El Fede”, politólogo

Inteligencia predictiva

 

Al payaso, las cachetadas

No podría ser de otra forma: en las narices de las autoridades municipales, pasó de noche el espectáculo que Federico López “El Fede” dio en pleno Centro Histórico de Puebla Capital el pasado 29 de septiembre, por la tarde.

Literalmente, un payaso estaba haciendo lo suyo al interior de Almacenes Rodríguez de la 11 Norte y 4 Poniente, a metros de unas oficinas del Ayuntamiento. Parece que dicha tienda estaba celebrando un aniversario.

En esas estaba cuando unos hombres entraron a la tienda y procedieron a golpearlo, para después “regañarlo” por no pagar piso a “El Fede”, ya que la tienda de marras se encuentra en su territorio.

Una vez que terminó su didáctica, la comitiva se retiró. Por supuesto, no hubo fuerza policiaca alguna que interviniera. Seguramente, el dirigente del grupo de presión llamado “Fuerza 2000” se retiró a expoliar a alguien más, llámese prostituta, vendedor ambulante y me dicen los amigos, que hasta indigentes.

El establecimiento comercial está a tiro de piedra del Mercado de Sabores, el mismo adonde el año pasado dejaron una manta impecablemente impresa, señalando que la Familia Michoacana veía al territorio como suyo. Ni qué decir de su vecino, el Mercado Venustiano Carranza, mina de oro para el cobro de piso.

En ese tenor, ¿Quién trabaja para quién? O, ¿el territorio está ya tan pulcramente dividido que por diferencia de 100 metros se sabe que una organización criminal controla a unos comerciantes y otra a otros tantos?

Mejor aún, ¿en Puebla ya alcanzaron los estándares de la Ciudad de México, que llega a un nivel de especialización criminal en el que un grupo delictivo le cobra piso a las prostitutas y otro a los comerciantes, aún en la misma calle?

Una historia de mercados

Hace tiempo, Christian Romero “El Grillo” fue colaborador de Antonio “El Muletas”, en el Centro Histórico de Puebla Capital, quien inició vendiendo marihuana y se enriqueció al migrar al cristal. “El Grillo” era uno de sus vendedores y tenía encomendado el cobro de piso en ciertas zonas de lo profundo del Centro.

En una ocurrencia temeraria, “El Muletas” designó a “El Grillo” como su enlace con Federico López, para atender los negocios ilícitos que se cometieron en las calles 12, 16 y 18 Poniente.

“El Grillo” comenzó su propia organización en el vecindario en que vivía parte de su familia, Lomas del 5 de Mayo. De a poco se hizo de Barranca Honda y probó suerte con el huachicol.

Por otra parte, fue avanzando posiciones al interior del Mercado Morelos, al conocer a una chica cuyo padre, carnicero, era un locatario. Más tarde, “El Grillo” enloquecería al contactar a un político orgánico a Rafael Moreno Valle y a otro más, en ese entonces priista que ahora mismo goza de cabal fortuna, quien le pagaba los abogados a aquel criminal.

Con todo aquello, “El Grillo” se adueñó de una enorme porción del narcomenudeo en el norte, con epicentro en el Mercado Morelos y el sur, con el Mercado Acocota. De su trato con el heredero de “Fuerza 2000”, cenizas quedaron.

El pastel del Centro

Al paso del tiempo, Puebla Capital ha mantenido en funciones a viejos conocidos: en el poniente, “La Paty”, “La Tita” y, “El Caba”; en el norte, “Los Sinaloas”, “El Caimán”, “El Modesto”, “La Güera”; en el oriente, Jonatan “El Negro”; en el Centro, “El Muletas” y “El Caníbal”, incluyendo a “Fuerza 2000” y la “11 de marzo”.

Claro está que han llegado nuevos nombres pero éstos siguen dando de qué hablar con sus guerras y muertos, de esos que solo aparecen en los medios y la autoridad se aplica en lo suyo: embalar casquillos.

Para 2007, ya había más grupos de ambulantes que partidos políticos: 16 organizaciones. Para 2015, eran 21 institutos políticos y 2 mil vendedores agremiados. En 2021, la pandemia hizo lo suyo y siguió aumentando la membresía.

A finales de 2021, dos grupos se repartían la mayor cantidad de posiciones en las calles del Centro de Puebla Capital: “11 de Marzo” y, “Fuerza 2000”.

Todos los partidos políticos han tenido algo que ver con los ambulantes, ya que éstos sirven como máquina clientelar y válvula de escape ante la incapacidad para producir empleo.

Los gerifaltes del crimen

Los signos de la metástasis criminal aparecieron cuando “El Jarocho”, hombre de “El Moles”, encargado del negocio en el Callejón del Variedades, exigió a “Viki”, una de las lideresas de las prostitutas del Centro Histórico, un cobro de piso a razón de 100 pesos diarios por mujer.

En los corrillos de inteligencia, se identificó quien empoderaba a “El Jarocho”: un hombre que en su momento dirigió a los grupos especiales de la Policía Estatal.

El 25 de noviembre de 2021, poco antes de las nueve de la noche, en la 16 Poniente entre la 15 y 7 Norte se dio una gresca entre dos grupos, uno de “El Fede” y otro de “El Moles”.

En el encontronazo, el saldo fue de tres lesionados. Videos de cámaras de vigilancia de distintos establecimientos que fueron compartidos con un servidor, permiten ver a hombres con equipo táctico, en la agresión.

Los movimientos de algunos de estos agresores exhiben obvio entrenamiento policial. Y, en los vídeos apareció un conocido funcionario del área de Inteligencia estatal.

El detonador de la riña se había dado el miércoles anterior, a las seis de la tarde, cuando en una pelea entre los mismos bandos, en la 3 Norte y 8 Poniente, un familiar de “El Moles” fue severamente herido.

La pelea por el Centro en todos sus frentes, hirvió a lo largo de esos días que no conocieron descanso. Para el 8 de diciembre de 2021, había sido detenida Lourdes, “Lulú”, lideresa de un grupo de prostitutas de la zona.

A la dirigente de la “Unificación de Sexoservidoras” era posible encontrarla en la 4 Poniente entre la 3 a la 5 Norte, y en el parque de Santa Inés. Empero, sus días estaban contados cuando denunció públicamente que “Vicki” y “El Jarocho” admitían menores de edad para prostituirse, ahí por el Callejón del Variedades y en la 14 Poniente, de la 3 a la 7 Norte.

No cabe duda que aún los delincuentes pueden ser predilectos del poder o prófugos intermitentes de la justicia. A unos se les deja golpear payasos; a otras, se les encierra.

Preguntas que nadie responde

¿Acaso “Fede ignora quiénes son los dueños de Almacenes Rodríguez, más allá de la actividad comercial? ¿La organización que está detrás de los dueños no ha podido dar una manotazo en la mesa del alcalde para que cese el cobro de piso en la zona? ¿Cómo está dividido el negocio del cobro de piso en el Centro Histórico?

Con su actuación dominical, “El Fede” deja entrever que en una de esas, algo se está enfriando entre distintos grupos de la ultraderecha poblana. Evidentemente no ha de ser su intención, pero queda el dato.

*ARD

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