El impuesto de la violencia

Del reportero

Consultando las escasas 35 páginas de los resultados del estado de Puebla en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, publicada el 8 de septiembre por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), aparecen datos que confirman la realidad de lo que ocurre en la entidad.

En números redondos, el costo total de la inseguridad en Puebla para 2021 sumó 13 mil 102 millones de pesos; es decir que el Instituto calculó que, a cada poblano, la inseguridad le representó un pago anual promedio de 5 mil 723 pesos, ya fuera adulto, anciano o niño.

Los especialistas del Instituto, estimaron que el 60 por ciento de esos 13 mil 102 millones fueron los costos propiamente dichos del ilícito, mientras que el 35 por ciento se destinó en medidas preventivas o correctivas, tales como cambiar cerraduras, comprar videocámaras, etc.

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Pero lo que más inquieta es que el porcentaje restante, equivalente a 524 millones 080 mil pesos, lo gastaron los poblanos por el impacto en su salud que les derivó la inseguridad, desde una revisión médica hasta la hospitalización.

En la misma encuesta, el Instituto apunta que por cada delito que se denuncia en Puebla, nueve no son denunciados. Y de los que sí lo hicieron, el 50 por ciento no obtuvieron ningún resultado por hacerlo.

Del 50 por ciento restante, apenas el 15.9 “otorgó el perdón”, “recuperó sus bienes”, “se puso al delincuente a disposición de un juez” o “hubo reparación del daño”.

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Esto quiere decir que, de cada 10 personas que acuden a las autoridades, solo una recibe algún tipo de reacción positiva por parte de la ley.

Ahí están los datos, para quien sepa interpretarlos.

 

De las anécdotas que se cuentan

Dicen los datos oficiales de la Secretaría de Hacienda, sobre la Deuda de México: “La relación deuda PIB se ubicó en un nivel de 45.2%, favorecido por la estrategia activa del Gobierno de México para refinanciar sus pasivos tanto en los mercados internacionales como locales”.

Posteriormente, apunta que “La deuda neta del Gobierno Federal se ubicó en 10 billones 505 mil millones de pesos. El 78.1% se encuentra denominada en moneda nacional y 76.5% de los valores gubernamentales está a tasa fija y a largo plazo”.

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Por su parte, el Banco de México informó que, entre enero y junio de 2022, se realizaron pagos por 10 mil 535 millones de dólares por servicio de deuda externa, que considera una baja de 1.4 por ciento respecto del mismo lapso de 2021.

La suma de 10 mil 535 millones de dólares, al tipo de cambio del 2 de septiembre de 2022, equivalen a 210 mil 188 millones 335 mil 893 pesos.

Ahora, el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) costó 104 mil 531 millones de pesos. La Refinería Dos Bocas ya alcanzó 359 mil millones de pesos en números redondos. El Tren Maya va por los 180 mil millones de pesos. Todas son cifras tomadas de documentos oficiales.

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La suma de esos gastos es superior a 643 mil millones de pesos, cantidad que equivale por si sola al 6.12 por ciento de la Deuda de México en moneda nacional.

Y no considera el agujero negro del Banco del Bienestar, subsidiado por la Secretaría de Hacienda para evitar que se del “Mini Fobaproa” del sexenio actual.

De todo ese mundo de dinero, tan solo el AIFA produce pérdidas mensuales por 23 millones de pesos.

Ahí están los números fríos para quien quiera verlos.

Mientras, niños enfermos de cáncer esperan su quimioterapia.

Es lo que hay.

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*ARD