Negociaciones
El presidente de la República celebró en la noche de Independencia la reforma al Poder Judicial.
Lo que se supone, pero no se sabe aún a ciencia cierta, cómo se consiguieron los votos que necesitaba Morena para aprobar la reforma de López Obrador en el Senado.
Las investigaciones periodísticas revelan que, primero hubo una operación política quirúrgica con legisladores de la oposición, un fino tejido de acuerdos, de dar y recibir; pero luego, para asegurar las lealtades comprometidas de palabra, el gobierno usó la fuerza.
En la oposición y en la 4T presumían que eran distintos de aquellos del viejo régimen, del PRI que doblegó a la oposición a punta de chantaje y garrote. Usaron los mismos métodos.
“El artífice de que la reforma judicial se haya aprobado en el Senado con la colaboración de legisladores del PRD, del PAN y de MC es Adán Augusto López, el pragmático exsecretario de Gobernación hoy convertido en jefe de la bancada del partido en el Gobierno. Tres senadores y un dirigente de Morena, cercanos a las negociaciones, han confirmado a EL PAÍS que López negoció que el emecista Daniel Barreda faltase a la sesión del pasado martes para no votar y que el clan de los Yunes se uniese al oficialismo”, explicó un reportero del diario español.
Comentan que Adán Augusto tuvo negociaciones con el dirigente del PRI, Alejandro Moreno, para que dos legisladores de su grupo también se ausentaran de la votación, pero el acuerdo se derrumbó de último momento.
Después del 2 de junio comenzó a preocupar que la votación no hubiese alcanzado para asegurar la mayoría calificada en el Senado. Morena y sus aliados del PVEM y el PT obtuvieron 83 escaños en la elección; 86 es el mínimo para avalar una reforma a la Constitución.
El presidente no quería dejar el cargo sin promulgar esa enmienda. El riesgo de un cuello de botella en el Senado era latente. La búsqueda de los escaños faltantes se volvió un deber dentro de Morena.
Los apoyos del panista Miguel Ángel Yunes Márquez y del perredista José Sabino Herrera, así como la ausencia del emecista Daniel Barreda de la sesión del martes, son atribuibles a la operación política del exsecretario de Gobernación. Solo la adhesión de la perredista Araceli Saucedo la negoció Alejandro Murat, exgobernador de Oaxaca.
La decisión de la perredista de brincar a Morena fue consensuada con Octavio Rivera, dirigente del PRD en Michoacán, donde el partido aún conserva el registro y gobierna en 17 municipios. En la casa de transición de la presidenta electa, en Ciudad de México se hizo el compromiso de que, a cambio del apoyo de Saucedo, los municipios gobernados por el PRD en Michoacán recibirán un trato ponderado desde el Gobierno federal en términos de presupuesto.
Adán Augusto entró a escena en el caso del senador Sabino Herrera, también del PRD. Herrera, de 44 años, es tabasqueño como el exsecretario de Gobernación. Una de las fuentes señala que la labor de convencimiento para asegurar su paso a Morena fue más bien sencilla.
El paso de López Hernández por Gobernación facilitó un nuevo acercamiento con Alito Moreno. En 2022, Adán Augusto consiguió que el PRI en la Cámara de Diputados votara junto a Morena una polémica ley que prolongaba por seis años más la participación de los militares en tareas de seguridad pública.
Ahora el dirigente priista no solo quería inmunidad, elevó su precio. Pidió que el INE y el Tribunal Electoral respetaran la reforma a los Estatutos del PRI con las que Moreno asegura su reelección como dirigente de su partido por otros cuatro años. El negociador morenista acordó con Alito una ruta “digna” para apoyar la aprobación de la reforma judicial.
“Pero Adán Augusto presionó de más, desconfiado de la palabra de honor del líder del PRI. En Campeche, donde gobierna la morenista Layda Sansores, se reactivó una vieja amenaza, utilizada en 2022 como recurso para doblar la voluntad de Alito Moreno: una investigación de la Fiscalía estatal contra su madre, señalada de fungir como testaferro para ocultar la riqueza patrimonial del senador priista”, explican fuentes cercanas a los hechos.
La contraofensiva consistió en agrupar a todos los senadores de la oposición, en el entendido de que, si los 43 legisladores del PAN, el PRI y MC se presentaban a la sesión y votaban en contra, la reforma, simplemente, no pasaría. El reagrupamiento del PAN, el PRI y MC puso en riesgo los planes de Adán Augusto y redujo al extremo las posibilidades de conseguir el voto faltante, pero el exsecretario de Gobernación se puso el reto.
El plan consistía en que el senador de MC faltase a la sesión del martes. El cómo lo haría, se dejó en manos del propio Barreda. Su jugada fue desastrosa y tensó al máximo la discusión en el pleno. Castañeda, el dirigente de MC, no lograba establecer contacto con su compañero de bancada. Los morenistas aseguraban que Barreda estaba “en perfectas condiciones” y negaban que estuviese detenido.
Al día siguiente, Barreda explicó que decidió quedarse en Campeche y no presentarse al Senado porque “la familia es primero”. La debilidad de su justificación ya ha levantado enormes sospechas en MC, al grado de que Castañeda lo ha apremiado a decir la verdad en torno a su ausencia.
“Para obtener el voto del clan Yunes se conjuntaron dos factores, a decir de las fuentes. La ruptura entre Miguel Ángel Yunes Linares, exgobernador de Veracruz y patriarca de la familia, y Marko Cortés abrió una ventana de oportunidad. Adán Augusto buscó entonces a Yunes padre, que en los hechos es el negociador y portavoz de su hijo Miguel Yunes Márquez, aunque este sea el titular del escaño.
“La moneda de cambio estaba servida. Yunes Linares, su esposa y sus dos hijos, Miguel y Fernando, están acorralados por la justicia federal y la de Veracruz por presuntos delitos que van del enriquecimiento ilícito y el blanqueo de capitales hasta el quebranto al erario y el fraude. Yunes padre sopesó el hecho de que la próxima gobernadora de Veracruz, la morenista Rocío Nahle, una de sus enemigas más feroces, no le daría tregua ni a él ni a su familia una vez que tomase el poder”.
Ricardo Raphael dio a conocer que el pacto se alcanzó el viernes 6 de septiembre, cuatro días antes de la votación, en un encuentro en el que estuvieron Adán Augusto, Yunes Linares y Yunes Márquez.
“El apoyo de los desprestigiados Yunes ha salido caro a Morena y a López Obrador, sobre todo tratándose de una reforma que, en el discurso oficial, busca expurgar de corrupción el sistema de impartición de justicia en México”.
Adán Augusto López cumplió con su labor, al costo que sea.
De las anécdotas que se cuentan
El INE tiró por los suelos la reelección de Alito Moreno al frente del PRI el miércoles, un día después de la votación de la enmienda constitucional.
El jueves, el exsecretario de Gobernación se reunió en privado en el Tribunal Electoral con los magistrados Mónica Soto, Felipe Fuentes y Felipe de la Mata.
El Tribunal deberá confirmar, o no, la resolución del INE.
El aún dirigente del PRI puede estar contando los días que le quedan como caudillo tricolor.
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