Hoy rendirá protesta como dirigente nacional del panismo Jorge Romero y se espera que antes de que termine diciembre, lo haga el nuevo presidente azul en Puebla.
Según el secretario general panista, Marcos Castro, confirmó que será en la última semana la renovación de su dirigencia local. Esperan que la convocatoria se emita en una semana, luego de que a nivel nacional se apruebe el dictamen en el que se eligió el método extraordinario, por designación del Consejo Estatal y no consulta la militancia.
Como van las cosas, el mayor partido de oposición en México sigue cometiendo los mismos errores del pasado reciente y está lejos de ser la opción que dispute con éxito el poder a Morena en 2027.
Ahora, sin discurso y sin ambiciones -como las tuvo a partir de 1997 con Vicente Fox y consiguió la presidencia de la República y la alternancia. permite que pasen sobre sus despojos sus legisladores, como los Yunes, hijo y padre veracruzanos, expulsado dos meses después de que dieron su voto para que los morenistas lograrán mayoría calificada en el Senado
Penoso que apenas el 35 por ciento de sus militantes hayan votado el domingo pasado para elegir a su dirigente nacional. No entusiasman ni siquiera a sus compañeros de partido que están cansados de perder y de líderes que no los representan.
No hay jóvenes ni entusiasmo en sus filas y sólo vuelven a reciclar a personajes del pasado como Jorge Romero, al que la presidenta Sheinbaum calificó como corrupto por ser el líder del cartel inmobiliario en la Ciudad de México, cuando fue jefe de la delegación Benito Juárez.
Con un líder así, el futuro del panismo en el corto plazo no es promisorio.
En Puebla, no están lejos los panistas de ese escenario cuando su cúpula burocrática insiste en el dedazo y no legitimar con una consulta a su militancia a su próximo presidente, hombre o mujer, y decidió que sea su Consejo Estatal de 109 integrantes, el que imponga al quien decida su líder de facto, Eduardo Rivera, que presume que será integrantes del Comité Ejecutivo Nacional.
Históricamente, los panistas no votan en contra de su partido, pero se abstienen y eso sucederá en 2027 si insisten en imponer presidente estatal y sólo repetir discursos comunes y pobres de la dirigencia de Jorge Romero,
El PAN parece que renunció al poder y se conforma con ser el opositor con más plurinominales, posiciones que reparte entre los cuates y parientes de sus líderes.
Cómo actúan, tal parece que representar al pueblo es lo que menos les interesa.
La nómina azul manda.
De las anécdotas que se cuentan
El linchamiento es producto de la turbación popular pero también de la incapacidad de un gobierno para detener a quienes delinquen. En el estado de Puebla se tiene una amarga y vasta experiencia en el tema.
Algo que pasó en el estado de Baja California marca el límite grotesco de lo que ocurre con no pocos linchados: cuando la turba se equivoca por completo y mata a quien ni la debía ni la temía, dejando un homicidio en tumulto, sin castigo.
El 8 de noviembre pasado, Jesús Gilberto “N”, de 24 años, fue vinculado a proceso por su participación en el feminicidio de Rachel Mary, joven de 16 años cuyo cuerpo fue hallado el 4 de septiembre en un domicilio en Baja California.
La Fiscalía estatal informó que el forense determinó como causa de muerte, asfixia por estrangulación. Y la Agencia de Investigación consideró que el móvil del crimen se dio por algún tema personal entre el agresor y la víctima.
El 11 de octubre, mucho antes de que se diera la captura de Jesús Gilberto “N”, un hombre fue salvajemente asesinado en Mexicali. Todo indica que fue confundido con el feminicida de Rachel.
Aquel desdichado fue molido a golpes y acuchillado, además de emascularlo y dejarlo embolsado, en un terreno baldío. Una cartulina señalaba que le había ocurrido algo semejante por agredir a la joven. Craso error.
Alguien murió sin deberla y otro hogar quedó de luto.
Son los saldos de Fuenteovejuna en un país en el que no solamente se debe ser inocente sino parecerlo.
Y, aun así, siempre hay margen para la equivocación.
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*ARD