La amenaza de crisis por el agua
El agua es en México un tema de seguridad nacional.
Este año quedó demostrado que la escasez, en ciudades importantes y con recursos, como Monterrey y su zona metropolitana, provoca un conflicto humano y social que lleva a vecinos a robar el líquido de los tinacos de la casa de junto y ahora la falta de agua en las presas del estado de Puebla es un llamado de alerta, porque puede afectar la producción de alimentos básicos.
Diversas instancias gubernamentales, de los tres niveles, y de la sociedad civil tendrán que actuar y mientras más pronto mejor para atender un problema que amenaza con convertirse en una crisis social.
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Por lo pronto, el gobernador Miguel Barbosa ha dicho que está garantizado el abasto de agua para consumo doméstico, pero el conflicto es lo que se requiere para los cultivos.
En febrero de 2012 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma al artículo 4º Constitucional, párrafo sexto, que establece el derecho humano al agua.
La reforma fijó un plazo de un año para emitir una Ley General de Aguas, su reglamento y los mecanismos de coordinación de los tres niveles de gobierno y de participación social para hacerla efectiva.
Es el día que la ley no se ha decretado, por lo que esta semana el secretario de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento de la Cámara de Diputados, Alejandro Carvajal Hidalgo, afirmó que la Ley General de Aguas será expedida en el próximo periodo ordinario de sesiones, que empezará en el Congreso de la Unión el uno de septiembre.
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La ley pretende dar respuesta a la crisis que se vive en la mayor parte del país, 24 estados de la República, por la falta de agua, la cual calificó el morenista de grave, por las condiciones de sequía a que se enfrenta, y la concentración del agua en manos de particulares.
La discusión y el consenso que pretenden construir los legisladores en el Congreso para aprobar una Ley General de Aguas reactiva ocho iniciativas que se han presentado, una de las cuales, propuesta por Morena, propone dejar sin efectos, en un plazo máximo de dos años, las concesiones que privatizaron el servicio del agua en México.
Las empresas, como Agua de Puebla, que están a cargo de la prestación del servicio serían liquidadas en un plazo no mayor a dos años.
La propuesta del senador queretano Gilberto Herrera establece la importancia de garantizar el acceso y con ello el derecho humano al agua a partir de dos medidas que considera fundamentales: prohibir la concesión al sector privado para que sea responsable de proveer el agua potable en las viviendas y prohibir los cortes por falta de pago en las tomas de uso doméstico, así como poner un tope a las tarifas con el propósito de que estas solo sirvan para costear el suministro.
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La ley no resolvería en automático el actual problema del agua en México, pero implicaría un paso importante para revertir la tendencia privatizadora, garantizando el derecho humano al agua por encima de intereses y negocios privados, como el de la explotación y distribución del agua en el que también caben los piperos y los explotadores de pozos clandestinos.
De las anécdotas que se cuentan
Ahora que el presidente López Obrador dejó en claro que, si bien el tema del horario le corresponde al Ejecutivo, él tiene la intención que también pase por aprobación del Legislativo, vale recordar que el secretario de Salud del gobierno federal, Jorge Alcocer, tuvo una de esas raras intervenciones en las que no aparece Hugo López-Gatell al aire.
El intermitente funcionario dio clases de una nueva disciplina: la teología horaria.
Soltó sobre el horario de verano: “Lo recomendable es volver al horario estándar, que es cuando la hora del reloj solar coincide con la hora del reloj social, el reloj de Dios”.
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La duda emergió de inmediato: ¿se refería al Dios como ser superior? O, ¿se refería a Andrés Manuel López Obrador?
La sorna tiene sentido si se considera que el tema de desaparecer el horario de verano es una más de las decisiones presidenciales para desviar la atención, de los asuntos verdaderamente importantes para la nación.
Ignacio Mier, coordinador de los diputados de Morena, dijo que los líderes de las distintas fuerzas políticas en la Cámara, están de acuerdo en borrar al horario diferenciado. Es más, se considera que la propuesta se irá de frente hacia el Pleno, sin discusión alguna en comisiones, probablemente en septiembre.
Así, parece que se va ese horario que aterrizó en México desde 1996.
También importa agregar una obviedad: a la fecha, no hay evidencia científica alguna de que el horario beneficie los bolsillos de la gente de a pie, no de los corporativos.
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Peor aún; distintas organizaciones apuntan a que el horario, con trabajos ha generado un ahorro de 0.16 por ciento del consumo total nacional de energía eléctrica.
A la callada, los focos ahorradores de energía han generado mayores ahorros que el horario de verano.
No se critica borrar el horario, que ha demostrado una evidente ineficiencia.
Lo que llama la atención es el boato para desaparecerlo, habiendo tanto frente abierto que merece los reflectores.
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*ARD