Secretariado, es un desastre
El 21 de junio, la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, se encargó de una ceremonia protocolaria, donde rindió protesta Clara Luz Flores, excandidata de Morena a la gubernatura de Nuevo León, como secretaria del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
El nombramiento, difícilmente suena a alivio al interior del Secretariado.
Es el reemplazo de Leonel Cota Montaño, quien despachó como director general de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), entidad fantasmal que deambula como paradigma de la opacidad y el manejo discrecional de recursos multimillonarios.
Clara Luz Flores es licenciada en Ciencias Jurídicas por la Universidad Regiomontana y doctora en Derecho Administrativo por la Universidad de Zaragoza. Fue diputada local y alcaldesa de General Escobedo, Nuevo León.
Los expertos consultados coinciden en que la flamante funcionaria no tiene la menor experiencia en los dos componentes que integran al Secretariado: el manejo de información crítica en incidencia delictiva a nivel federal y, el gestionar recursos para inyectarlos a los cuerpos de seguridad municipal y estatal.
Con Cota Montaño, el otrora poderoso Secretariado dejó de tener relevancia federal. Antes de la llegada de Cota, había notoria reticencia para aceptar los análisis estadísticos de ese lugar, pero se les aceptaba con resignación porque los recursos hacia las corporaciones policiacas municipales tenían como aduana al bunker de Mariano Escobedo.
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Sin recursos reales que asignar, el Secretariado se hizo microscópico y pronto se vieron las costuras de sus estadísticas, apenas comparándolos con los del INEGI, particularmente en el rubro de homicidios dolosos.
A la fecha, los especialistas consultan los datos del Secretariado y los cotejan con los de las Fiscalías estatales, sin omitir a los del INEGI. Generalmente colisionan las cifras del Secretariado con las del instituto que maneja la estadística federal de la mayoría de los rubros vinculados a seguridad.
La grisura del perfil elegido para ocupar el cargo que tuvo Cota Montaño es una muestra más del desdén por lo técnico y permite identificar que en poco tiempo, el Secretariado será absorbido por Seguridad federal, el INEGI o la Secretaría de Gobernación.
A los analistas estadounidenses no les ha de hacer mucha gracia que las estadísticas de seguridad pública cada vez dependan más de la Secretaría de la Defensa Nacional y cada vez menos de expertos civiles.
Con más de cien homicidios al día, seguramente comenzarán a verse cambios asombrosos en la contabilidad oficial del rubro.
Sin números confiables, cualquiera puede inventar sus propios indicadores, al fin son los otros datos.
De las anécdotas que se cuentan
Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, se asumió sorprendido por los 16 años de condena que un jurado le propinó a Naasón Joaquín García, su amigo y dirigente de la “Iglesia de La Luz del Mundo”.
“Todo mundo tiene que enfrentar a la justicia cuando se comete un delito. Ojalá Nasón en lo personal esté bien (...) es una persona con la que tuve una relación de amistad, y pues lamento mucho lo que estamos viendo”, apuntó el gobernador.
El marco de la declaración de Alfaro se da en la sentencia que Naasón Joaquín García recibió tras declararse culpable de tres de los 19 cargos que enfrentaba, todos vinculados con abuso sexual de menores.
La abogada Elizabeth Del Cid, quien representa a Sochil N., la primera persona en demandar a Joaquín García, señaló que en caso de haber enfrentado los 19 cargos por los que se le acusaba, este personaje habría recibido cadena perpetua.
Pues, el poder de la familia de Naasón sigue alto en la política jalisciense y así lo ha sido desde hace décadas. Entre sus amigos y aliados se encuentra el exgobernador panista Emilio González Márquez y Aristóteles Sandoval, quien asistió al servicio religioso del fundador de dicha congregación, a su muerte.
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Bien se dice que en la enfermedad y la cárcel se conoce a los amigos
Alfaro no niega su amistad con un personaje que hizo de la depredación una forma de vida y sin embargo, sigue siendo parte de una organización que continúa su influencia sobre cientos de miles de personas en distintas partes de México.
Julio Scherer advertía cuidarse de los lobos, pero también de los corderos que cargan garrotes.
En alguna de las dos clasificaciones puede apuntarse al amigo del gobernador jalisciense Alfaro.
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