Plurinominales, un mito genial
Noroña en cristalería. El pasado 29 de diciembre, Gerardo Fernández Noroña, puso en duda la iniciativa de la doctora Claudia Sheinbaum, para eliminar a los legisladores plurinominales.
El político del Partido del Trabajo consideró que quienes apoyan la propuesta desconocen la historia electoral del país: “por eso los que hablan de eliminar a los ‘pluris’ están diciendo barbaridades, ni se enteran, no conocen la historia por la democratización del país, no conocen lo que ha costado ese tipo de cosas, solo hablan desde el prejuicio y la despolitización”, comentó en sus redes sociales.
“Primero se llamaron diputados de partido, luego de representación proporcional, eso abrió a las minorías que eran todos el PAN, el Partido Comunista, todos los partidos de oposición, PNT, a todos los partidos les abrió la posibilidad de llegar a la Cámara y empezar a tener una presencia legislativa”, soltó memorioso Noroña.
En contexto, Claudia Sheinbaum comentó que, en el próximo periodo ordinario de sesiones, que iniciará el 1 de febrero, presentará al Congreso un conjunto de 20 iniciativas.
Entre las propuestas, la doctora prepara una reforma electoral que pretende eliminar a 200 diputados y 64 senadores plurinominales, para dejar al Congreso de la Unión con 300 diputados y 64 senadores.
En la actual legislatura, la alianza entre Morena, PVEM y PT suma 108 legisladores plurinominales en la Cámara de Diputados, mientras que en el Senado dispone de 19 legisladores por la vía proporcional.
Tabasco vs. Plurinominales. Fue Andrés Manuel López Obrador quien arrancó desde principios de 2024 el que establecería acciones dirigidas a los legisladores plurinominales:
“En esencia, (la iniciativa) propone que no se permita nunca, como era antes, de que el aumento al salario mínimo sea menor que la inflación… son varias reformas en la Constitución. Bueno, la elección de los jueces, magistrados, ministros del Poder Judicial. La reforma electoral, reducir los gastos de campaña, lo que se destina a los partidos, eliminar las candidaturas plurinominales, reducir el número de diputados, de senadores (…) ya se van a enterar el día 5 y son varios equipos que están trabajando para la presentación de las iniciativas”, señaló López Obrador.
Entre otros motivos, el tabasqueño identificó a los ahorros presupuestales como un factor para reducir la gigantesca nómina legislativa en lo plurinominal.
Por su parte, Sheinbaum ha dicho que todos los candidatos a cargos de elección popular deben hacer campaña para ganar representatividad frente al electorado. Y ha comentado que esto no podrá operativizarse, hasta después de la elección judicial de 2025.
La regla electoral vigente. La elección de los 200 diputados por representación proporcional se realiza por medio de listas regionales votadas en cinco circunscripciones plurinominales, en cada una de las cuales se eligen por igual 40 diputados.
Para que un partido político pueda participar en la elección de diputados por representación proporcional debe demostrar que ha registrado candidatos a diputados por el principio de mayoría relativa en cuando menos 200 de los 300 distritos uninominales.
Al cumplir con este requisito, el partido político registra sus listas regionales de candidatos en las cinco circunscripciones plurinominales. Cada una de éstas, contienen 40 fórmulas, es decir, los nombres de titulares y suplentes de la diputación plurinominal por la que contienden, por cada circunscripción.
El elector no tiene la opción de eliminar candidatos o alterar su orden de presentación. Para que un partido tenga derecho a que se le asignen diputados de representación proporcional debe obtener por lo menos 2 por ciento del total de la votación emitida para estas elecciones.
La Constitución señala que al partido político que cumpla con los dos requisitos anteriores se le asignará el número de diputados de representación proporcional que le corresponda en cada circunscripción de acuerdo con el porcentaje de la votación nacional emitida que haya obtenido y tomando como base las disposiciones relativas al límite máximo de escaños con que puede contar un solo partido (300) y a la regla de proporcionalidad en la relación votos-escaños de 8 por ciento, cuando procedan.
Resumiendo: la representación proporcional impide que el elector vote por una persona; su voto se enfoca a que un partido político determinado, tenga más posibilidades de meter en la Cámara a los diputados que registró en la lista regional.
En la representación proporcional no gana el candidato más votado, sino un paquete de personajes a los que el elector no puede modificar. A cambio, contrarresta la posibilidad de que las minorías no tengan espacio legislativo.
En ese sentido, la propuesta de López Obrador establecía a la representación proporcional como la única vía para llegar a la Cámara, la que fuera, borrando a las minorías partidistas.
Si se recuerda, la iniciativa de reforma a 18 artículos de la Constitución y siete transitorios que envió López Obrador a la LXV legislatura no se concentraba en el número de curules sino en la forma de elegir a los que las ocupan: el tabasqueño buscaba que se eligiera a todos los legisladores por medio de listas estatales y con curules asimétricas por entidad.
La iniciativa para la Cámara de Diputados de López Obrador señalaba que: “para determinar el número de curules de cada entidad, se dividirá el número total de personas mexicanas, fijado conforme al último censo general de población, entre el número total de diputaciones (300); el resultado de esta operación será el cociente de distribución base para asignar el número de diputaciones que corresponderá a cada entidad federativa del total de 300”.
Lo anterior quiere decir que, todos los candidatos tendrían que hacer campaña, al borrar las cinco listas de las circunscripciones plurinominales. Al votarse en cada entidad, las listas estarían integradas por nacidos en la entidad federativa o por residentes con antigüedad domiciliaria mínima de un año.
En ese sentido, la idea de López Obrador era que los partidos políticos presentaran listas y a partir de la proporción de votos que obtengan en cada entidad federativa, se les asignarían las diputaciones que les corresponden.
Al final del cuento, la propuesta de López Obrador, no fue ni siquiera votada en comisiones. En mayo de 2024, Sheinbaum dijo que si llegaba a Palacio Nacional la retomaría “para generar ahorros” y por eso la retomó vagamente en sus “100 pasos para la transformación”. Es evidente que los ahorros son lo de menos; lo que se busca es tapar espacios legislativos.
Si la propuesta de Sheinbaum fuera la misma que López Obrador promovió, habrá una lucha caníbal para quedarse con las reservas de votos que aseguren victorias y los perdedores se irían a pelear en territorios dominados por sus opositores.
El dardo envenenado. ¿Qué pasará si desaparecen las pluris?
La historia política de México ha enseñado que la representación proporcional facilitó la presencia de los partidos minoritarios en el Poder Legislativo, particularmente con los diputados, tratando de evitar la sobrerrepresentación.
La experiencia ha señalado que, en 2012, 2015 y 2018 hubo partidos que superaron el 8 por ciento de representación mediante coaliciones. El INE intentó establecer un antídoto para la asignación de diputados plurinominales.
La reforma electoral de 2007 señaló que cada partido coaligado recibirá la votación en forma individual y no por estipulación porcentual para repartírselo, como antes. Sin embargo, la aplanadora de López Obrador dio rienda suelta a todas las interpretaciones posibles en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, generando un desastre.
El INE no había sumado los triunfos de los legisladores considerando su militancia de origen, sino el reparto de distritos previsto en los convenios de coalición. Poco a poco se fue preparando la añagaza de ocultar victorias para aparentar menos votos, facilitando que los partidos grandes rebasen el 8 por ciento de sobrerrepresentación permitido y con ello, tener más espacios de representación proporcional.
Lo anterior quiere decir que los partidos abusaron de un mecanismo compensatorio y lo fueron erosionando, haciéndolo un modo seguro de inventarse posiciones legislativas.
Los ejemplos ahí están: hace 13 años, el PRI y el PVEM sumaron 40 por ciento de la votación, vía la coalición Compromiso por México. Cinco candidatos postulados por el PVEM eran priistas y por esta argucia, el PRI registró menor votación y obtuvo más plurinominales.
En 2015, el PVEM registró a 25 priistas y 10 vencieron en sus distritos. El PRI obtuvo 10 plurinominales y el PVEM se quedó con una de 47. Así, obtuvieron 9.7 por ciento más que su verdadero porcentaje de votos.
En 2018, Morena, PT y PES, vía coalición Juntos Haremos Historia, ganaron en 220 distritos: 106 para Morena, 58 para el PT y 56 para el PES, pero 11 del PT eran personajes morenistas. En conjunto se quedaron con 61.6 por ciento de composición cameral, con una sobrerrepresentación del 15.7 por ciento.
La realidad es que con todo y trampas, las plurinominales oxigenaban a la democracia mexicana, permitiendo que hubiera partidos minoritarios en las Cámaras, aunque de forma un tanto extraña. Lo que debería hacerse es pulir el mecanismo y no desaparecerlo.
Adónde vamos
Así, uniendo los cabos, con un INE y un Tribunal Electoral feudalizado por Morena y con la idea de enviar a todos los legisladores a campaña, es evidente que se pretende eliminar costos astronómicos que se dan por la existencia de los partidos políticos, pero a costa de reducir contrapesos que tienen sentido en un sistema democrático.
Alguien como Noroña no está pensando en la democracia sino en su propio beneficio, pero es una voz que fue ignorada. Las pluris son al final del cuento, una forma de garantizar la presencia de las minorías en el poder legislativo. La medida no suena muy inclusiva sino regresiva y la izquierda llegó al poder desde ahí.
Que se haga la voluntad de Dios en las urnas de mi compadre, parece ser.
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*ARD
