Celebran a la Virgen de la Cantera del Milagro en Izúcar
Miles de fieles se dieron cita este 12 de diciembre en la Cantera del Milagro, ubicada en la comunidad de San José Las Bocas, en Izúcar de Matamoros, para venerar a las imágenes de la Virgen de Guadalupe que, según la tradición, aparecieron en cuatro rocas de este lugar tras una explosión en 1980.
Desde temprano, los caminos que conducen a este santuario se llenaron de peregrinos provenientes de diversas comunidades, se estima que más de 10 mil personas visitaron la capilla entre el 11 y 12 de diciembre, quienes, movidos por la fe, llegaron a pie, en bicicleta, motocicleta o automóvil para rendir homenaje a estas representaciones milagrosas.
La tradición, que lleva más de 30 años, fue iniciada por Norberto González Domínguez, un hombre que debido a su avanzada edad, ahora depende de sus hijos para continuar organizando el festejo. Este año no fue la excepción: con música de mariachi, rezos y cánticos, los asistentes celebraron a la Virgen de la Cantera, también conocida como la Virgen del Milagro.
Un milagro entre las rocas
La historia del santuario se remonta a 1980, cuando tras una explosión en la cantera, trabajadores descubrieron que en cuatro rocas habían aparecido imágenes de la Virgen de Guadalupe. Tres de estas rocas fueron trasladadas para su exhibición en el santuario, mientras que una permanece en el lugar original, preservando su conexión con la historia y la fe.
Se dice que tras la milagrosa aparición, se suspendieron por años las operaciones de la cantera, lo que muchos interpretaron como señales de la Virgen para construir la capilla. Actualmente, las actividades de la cantera se detienen cada año, en estas fechas, para garantizar la seguridad de los visitantes.
Devoción más allá de las adversidades
El acceso al santuario presenta ciertas dificultades, ya que los visitantes deben atravesar parte de la cantera antes de llegar a la capilla; sin embargo, estas complicaciones no son impedimento para los fieles, quienes acuden a dejar ofrendas, rezar o simplemente observar con devoción las imágenes milagrosas.
“Es un lugar donde la fe se siente en cada rincón. La Virgen nos llama, y nada nos detiene”, expresó Socorro Lara, una de las peregrinas que acude año con año.
*BC