Los líos de Volkswagen

Del Reportero

A finales de octubre de este año, VW tragó saliva y anunció una estrepitosa caída en sus utilidades, en medio de una tormenta perfecta. Las inversiones en vehículos eléctricos que resultaron inapropiadas y a destiempo, una estructura organizacional extraordinariamente compleja, costos laborales faraónicos y encima, la baja en sus ingresos en China.

En ese anuncio, VW señaló que sus utilidades de operación en el tercer trimestre del año se habían caído un 42 por ciento, debido a dos causas. El mal desempeño de su Unidad de Vehículos Tipo Turismo y, sus altos costos en la renovación de modelos. 

Analizando los datos de enero a octubre, las utilidades operativas sobre las ventas disminuyeron un 2 por ciento, lo que puso en acción las alarmas para reducir los costos de producción.

El director financiero del Grupo, Arno Antlitz, se mostró optimista al señalar que habría buenos pedidos en Europa Occidental, pero, de cualquier forma, no cabe duda que mover un elefante es más complicado que comercializar sus movimientos.

La caída de sus utilidades en 3 mil 090 millones de dólares en el periodo de julio a septiembre, era una evidencia que confirmaba porqué la propia armadora recortó en dos ocasiones durante el trimestre de referencia, la estimación de sus utilidades. Son épocas de vacas muy flacas para los vehículos hechos bajo manufactura rígida.

En la Bolsa de Frankfort las cosas no andaban mejor, sus acciones han perdido alrededor de una quinta parte, por debajo de la caída del 10 por ciento del índice automovilístico en Europa.

Bajo semejante presión, las complicaciones en casa no se aquietan, si se considera una feroz guerra entre la administración central de la armadora y los sindicatos, ya que se prevé una catarata de cierres de plantas en Alemania, por primera vez en 87 años.

Las oficinas centrales traen bajo el brazo un proyecto severo para sobrevivir, al despedir a docenas de miles de empleados y a los que se queden, reducirles un 10 por ciento de los salarios. Al personal administrativo también le pasarán la factura, al eliminar cualquier incremento de sueldo al menos por dos años.

El dinero que la armadora podría ahorrar tras semejantes medidas se cifra en unos 800 millones de dólares anuales, pero sigue siendo poco para sobrevivir, particularmente si se considera que la meta de recortes es de por lo menos 1 mil millones de dólares.

Parece que los sindicatos y empresa hablan idiomas distintos. Los sindicatos en Alemania pidieron un aumento del 7 por ciento salarial o, una serie de huelgas que ya empezaron en las plantas alemanas.

Así, diciembre arrancó a nivel mundial con paros en distintas armadoras de VW, con docenas de miles de trabajadores afectados.

Mientras los sindicatos alemanes señalan que irse a la huelga es el único camino, los portavoces de VW AG dicen una y otra vez que el enfriamiento de los pedidos en China es una pena grande que deben enfrentar juntos, no se diga la caída de ventas en distintas regiones de Europa.

De cualquier manera, los funcionarios de la armadora siguen en lo suyo, en términos de cerrar plantas y presentar a los líderes sindicales, un portafolios de estudios que confirman que los sindicalizados son los mejor pagados del sector, inclusive por encima de Mercedes Benz y BMW.

Es evidente que la autoridad central en Alemania no va a salir de una conclusión. La empresa tiene que adelgazar para sobrevivir, particularmente si se toma en cuenta que desde China están bombardeando a los mercados europeos y estadunidenses con modelos atractivos y sumamente baratos, particularmente Chirey y encima, tienen a Tesla en los segmentos más caros.

El horizonte cubre al mundo entero. VW gasta casi el 16 por ciento de sus ingresos en la cobertura de sus costos laborales, una hombrada si se considera que apenas en 2020 destinaba casi el 19 por ciento. Y el 45 por ciento de ese porcentaje se dedica a su mano de obra residente en Alemania.

Para dar una idea de las cosas, Mercedes Benz asignó en 2023 el 11 por ciento de sus ingresos para los temas laborales y BMW, menos del 10 por ciento.

 En Alemania, Volkswagen paga a sus trabajadores 25 euros más por hora que el promedio alemán, unos 62 euros a precios de 2023. En Francia, un trabajador automotriz promedia 47 euros por hora; en Italia, 33 y en España, 29 euros.

En ese sentido, los números que un alto funcionario de la armadora, Thomas Schaefer, ha señalado, dan una idea de lo complicado del asunto. Si las fábricas alemanas de Volkswagen tienen un costo entre un 25 y un 50 por ciento superiores al resto de los oferentes, habrá que mirar hacia los costos de energía, las materias primas y el personal.

Cosas más extrañas se ven en los documentos de la armadora, en donde apareció que contrataron a poco más de 4 mil trabajadores administrativos entre 2019 y 2024, al tiempo que eliminaron a 8 mil operadores.

Resumen, haber perdido 5 mil 500 millones de euros a consecuencia de la caída sistémica de los beneficios en Porsche, Audi y Volkswagen Financial Services, señala que el peligro es enorme y puede empeorar.

El mercado bursátil también sabe de esos problemas. Sus acciones han caído 60 por ciento con respecto al nivel de hace tres años.

La moraleja del cuento es que VW está enfrentándose a un reto aún más extremo que sus ventas bajas y sus estructuras obesas. El mundo está migrando a los vehículos eléctricos y poco a poco irán disminuyendo los vehículos que usan gasolina y diésel.

Las empresas chinas, muy tramposas y todo lo que se quiera, tienen lo que pide el mercado, en especial coches eléctricos baratos y por lo pronto Volkswagen no.

 

De las anécdotas que se cuentan

Tesla, que está pujando con todo desde Estados Unidos, junto a los chinos, están moviendo la estructura de un mercado que ya se vio, no estaba preparado para los huracanes energéticos.

Y no se ha visto lo peor, cuando Donald Trump empiece a repartir aranceles a diestra y siniestra, teniendo como asesor cercano al dueño de Tesla, Elon Musk.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

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Facebook: Fernando Crisanto

*ARD

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