Finalmente, en Alemania, miles de trabajadores de Volkswagen se declararon en huelga el pasado lunes, después de que la compañía insistió en sus planes de cerrar tres plantas y recortar las pensiones. "Las huelgas de advertencia comenzaron el lunes en todas las plantas", afirmó Thorsten Gröger, quien dirige las negociaciones sindicales con el grupo alemán.
"De ser necesario, esta será la disputa salarial más dura que Volkswagen haya visto jamás", precisó
Decenas de miles de empleados del sindicato IG Metall dejaron de trabajar a las 9:30 a. m. La huelga durará dos horas, un proceso que se repetirá en el turno de tarde.
La medida es una respuesta a los recortes presupuestarios de 18 mil millones de euros (19 mil millones de dólares) del fabricante de automóviles en dificultades, que incluyen cambios importantes en su plan de pensiones y el cierre, sin precedentes, de tres plantas en Alemania.
De acuerdo a la agenda alemana DW, Gröger denunció que "Volkswagen ha incendiado nuestros convenios colectivos" y que la dirección de la empresa ahora "arroja bidones de gasolina abiertos".
Los problemas en Volkswagen reflejan los problemas que enfrenta Alemania, la potencia económica de la eurozona. Su fortaleza exportadora, ha estado sufriendo en los últimos años debido a la disminución de los pedidos industriales.
VW, por ejemplo, ha visto cómo su pasado lucrativo mercado chino se contraía rápidamente a medida que los vehículos eléctricos de producción nacional se volvían más populares allá. Además, los inminentes aranceles de la UE sobre los vehículos eléctricos chinos han generado temores de medidas de represalia.
En octubre, VW informó de una caída del 64 % en sus ganancias del tercer trimestre. Otros fabricantes alemanes, como BMW y Mercedes Benz, también registraron pérdidas importantes.
Volkswagen Group tiene una de las mayores crisis en su historia reciente, tras anunciar a finales de agosto el cierre de algunas plantas y recortes de personal, debido a una competencia cada vez más agresiva por parte de fabricantes asiáticos, especialmente los chinos.
Oliver Blume, director general de Volkswagen, confirmó en una entrevista con el medio local Bild am Sonntag que la situación económica de la compañía es preocupante, y que no pueden "dejar que todo siga como antes". Blume explicó que la principal causa de estos problemas radica en una caída en la compra de vehículos y el aumento de la competencia asiática.
"El pastel se ha hecho más pequeño y tenemos más invitados a la mesa", señaló, refiriéndose al entorno cada vez más desafiante para la marca Volkswagen.
Uno de los factores que ha mermado su capacidad para competir ha sido el escándalo del "dieselgate" en 2015, cuando se descubrió que la empresa había instalado software ilegal en millones de automóviles diésel para manipular las pruebas de emisiones. Las multas y compensaciones redujeron significativamente su capacidad de inversión, justo en un momento crítico en el que debían trabajar hacia la electrificación.
A pesar de los esfuerzos por desarrollar vehículos eléctricos, las ventas no han alcanzado las expectativas, mientras que las marcas chinas emergentes han tomado la delantera en este segmento. Además, VW ha quedado rezagada en la tecnología híbrida, un campo dominado por competidores japoneses como Toyota, que ahora ostenta el título de mayor fabricante mundial de vehículos.
Arno Antlitz, director financiero de Volkswagen, advirtió que la empresa lleva años gastando más de lo que gana, una situación insostenible a largo plazo. Antlitz subrayó que tienen entre uno y dos años para corregir el rumbo.
Volkswagen, con una fuerte representación sindical, no ha cerrado una planta en cuatro décadas, pero analistas destacan la presión para reducir su exceso de capacidad productiva.
El sindicato IG Metall ha propuesto una semana laboral de cuatro días como alternativa a los cierres de fábricas, replicando una estrategia similar implementada en los años noventa. Las conversaciones para renegociar los términos laborales se anticipan difíciles.
En la planta de Audi en Bruselas, que emplea a unas 3 mil personas, la tensión se ha intensificado tras el anuncio del posible cierre de la fábrica y el traslado de la producción del modelo sucesor del Q8 e-tron a México. Esto debido a la baja demanda de los autos eléctricos de gama alta en el mercado europeo, afectada principalmente por China.
La planta mexicana de Volkswagen, por su parte, publicó Expansión, observa de cerca lo que ocurre en la casa matriz. "Como integrante de la red mundial de manufactura del Grupo y de la marca, en Volkswagen de México seguimos de cerca y con mucha atención lo que acontece en nuestra casa matriz", detalló la empresa.
Volkswagen de México dijo seguir comprometida con su plan de producir modelos competitivos y fortalecer su posición en América del Norte. "Este compromiso se ve reflejado en procesos robustos; una ofensiva de modelos acorde a cada necesidad y segmento del mercado y, sobre todo, nuestra apuesta al futuro de la movilidad".
Ante la rápida transición de China hacia un mercado completamente eléctrico, Volkswagen ha anunciado que aumentará su oferta de vehículos eléctricos en los próximos años, enfocándose en la rentabilidad, pero eso será hasta 2027.
La automotriz alemana vive momentos difíciles.
De las anécdotas que se cuentan
El otrora poderoso corporativo alemán Volkswagen, que llegó a ser el principal productor de autos en el mundo, hoy se está desplomando.
También los campeones pierden.
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*ARD