El 8 de octubre, distintas corporaciones policiacas del Estado de México encontraron en Jilotepec un vehículo calcinado con los restos de seis personas y entre éstas, se encontraba Erika “La Güera”, una narcomenudista que se había enemistado seriamente con Christian “El Padrino”.
“El Padrino” y “La Güera” formaban parte de la misma pandilla, junto a Juan Carlos “Remington” y Juan Cristóbal “Juárez”. Tras una ruptura definitiva, Erika tenía claro que serían perseguidos todos los desertores de ese grupo y sería cuestión de tiempo para que fueran cazados y ejecutados.
Erika ya se había hartado de ser explotada económicamente por “El Padrino”, por lo que decidió junto a Juan “El Oso”, Isaías “El Gory” y otro personaje del que solo se sabe que le decían “Kiko”, emprender su nuevo proyecto, una pandilla focalizada al narcomenudeo. Erika tenía un conocimiento milimétrico del mercado y al final, “El Padrino” perdería al equivalente al gerente de ventas de su organización, una célula dependiente de una enorme estructura.
En ese tenor, “El Padrino” le puso cola a Erika y fue así como se enteró que había acudido al bar “Bling Bling”, por lo que apenas fue avisado, envió a sus muchachos a que los ejecutaran.
De la tragedia en el “Bling Bling” de Cuautitlán Izcalli, solo saldría vivo “Kiko”, gracias a que fue apoyado por algunos agentes bajo su nómina, de la Policía Municipal.
Si bien es cierto que después fue detenido “Remington”, no hay demasiados motivos para pensar que será llevado a juicio, sino más bien, dejado en libertad. El motivo principal para pensar de esa manera es que “Remington” es operador directo de Ismael “El Buchanans”, dueño de la pandilla para que la que todos los involucrados trabajaban.
El propio Ismael tenía motivos para desconfiar hasta de su sombra: había trabajado una larga temporada para el Cártel de Tepito y conocía perfectamente los territorios en los que hacía negocios, ya sea el Estado de México, Puebla o la Ciudad de México.
No fue por accidente que Ismael se refugiara en un lugar perdido del estado de Puebla, Metlaltoyuca, municipio de Francisco Z. Mena, dado que tenía contactos con gente de la fiscalía local que le ayudaron: no está demasiado lejos la casa donde pernocta el personal de esa dependencia con el lugar adonde Ismael se mudó provisionalmente y por eso, de plano todo se manejó desde la Fiscalía General de la República (FGR) apoyándose con la Secretaría de la Defensa Nacional.
Ismael tenía pleito con otro competidor, el Cártel Nuevo Imperio, por el control del narcomenudeo en no pocos municipios. En el Estado de México: Atizapán de Zaragoza, Coacalco, Coyotepec, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Huehuetoca, Nextlalpan, Teoloyucan, Tepotzotlán, Tecámac, Tlalnepantla, Tultepec, Tutitlán y Zumpango.
En la Ciudad de México, la guerra está en las alcaldías Azcapotzalco y Gustavo A. Madero y en el estado de Puebla, las autoridades federales lo ubican en Huejotzingo, Puebla Capital, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula y algunos puntos muy pequeños de la Sierra Norte.
El negocio de Ismael en Puebla no es sólo el narcomenudeo, sino el robo de combustible y había probado suerte en forma independiente. Apenas había dejado al Cártel de Tepito en 2022.
Su enemigo, Nuevo Imperio, es uno de tantos proyectos criminales emanados del Cártel de Sinaloa, muy cercano a Nahúm Abraham Sicairos Montalvo, “El Quinceañero”, operador financiero de Dámaso López Serrano, “El Mini Lic”.
Nuevo Imperio opera desde hace años en Puebla, particularmente en Huejotzingo y en San Andrés Cholula, justo adonde fue detenido uno de sus liderazgos, Emanuel “Kevin”, cuando iba saliendo de un gimnasio ubicado sobre Paseo Sinfonía.
Nuevo Imperio no es precisamente una pandilla menor y se sabe que le ha plantado cara al Cártel Jalisco Nueva Generación. Se sabe que Ismael seguirá haciendo lo suyo, como ya lo hizo estando en prisión en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte y en el CPRS Ecatepec.
Y Nuevo Imperio tiene mucho que pagar, al menos a Omar García Harfuch. Se sabe que el principal sospechoso de la ejecución de Milton Morales Figueroa, coordinador general de la Unidad de Estrategia Táctica y Operaciones Especiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, ejecutado en Coacalco, Estado de México, es justamente este grupo criminal.
A Harfuch le tumbaron a su candidato natural para dirigir al Centro Nacional de Inteligencia, pero seguramente se las cobrará al grupo que desde Nuevo Imperio operó la muerte del “Jefe Milton”: “El Racafa”, “El Pinto”, “El Manco” y “El Bombón” fueron los trogloditas que se encargaron de ir por la vida de Milton, literalmente hasta su casa y una vez concluido el trabajo, se perdieron con rumbo a Tezoyuca, Hidalgo.
No sorprende que Nuevo Imperio haya hecho alianzas con Jalisco Nueva Generación, así que la muerte de Milton no le debe de haber caído mal a Nemesio Oseguera.
A partir de lo anterior, es posible entender que el estallido en el “Bling Bling”, entre Erika e las huestes de Ismael no sólo se dio por motivos de negocio sino por el reacomodo que se está dando en tiempo real en todas las pandillas de alto impacto en México.
Si las autoridades federales revisan la actividad criminal en Puebla Capital, Huejotzingo y San Andrés Cholula, se van a topar con Nuevo Imperio, una organización que lleva años trabajando en el estado de Puebla y que como es costumbre, es invisible para los locales.
Como secretarios de seguridad, los marinos no llegarán demasiado lejos. Se trata de combatir una red que funciona como un sistema nervioso a nivel federal y de esas conexiones, a los municipales no les alcanza el brazo para detenerlos. Siempre hay alguien a quien le conviene que haya rumba y mambo, no mando y rumbo.
*BC