La capsula del suicidio ha generado un polémica legal en Suiza al grado que las autoridades de este país han girado ordenes de aprehensión contra sus creadores y sus promotores por incitación y la promoción al suicidio.
En Suiza el suicidio está permitido bajo un ambiente especifico y la supervisión de un médico, sin embargo, la capsula fue usada bajo ninguna condición médica. Se trató de una mujer de 64 años de nacionalidad estadounidense que durante varios años había sufrido de problemas de salud agudos relacionados con una inmunodeficiencia grave.
La mujer murió por asfixia al presionar un botón que libera nitrógeno que sustituye el oxígeno lo que le provocó una rápida pérdida del conocimiento para después en cinco minutos fallecer.
La Capsula “Sarco”, abreviatura de sarcófago, fue inventado hace siete años por el activista australiano por eutanasia Philip Nitschke y es un receptáculo de líneas aerodinámicas y cubierta transparente en el que la persona que desea morir se encierra. Según su inventor, la muerte sobreviene sin dolor.
Sin embargo la capsula al ser usada en Suiza viola las leyes del país por lo que varias personas se encuentran en prisión. Sus defensores afirman que la capsula no tiene fin de lucro y solo se cobra 20 euros para la compra del nitrógeno.
También ofrece una alternativa que no depende de medicamentos ni de médicos, y que amplía el acceso a la eutanasia, no busca enriquecimiento y recibe solo donaciones privadas
Los críticos temen que el diseño moderno de la cápsula glorifique el suicidio y les preocupa que pueda operarse sin supervisión médica.
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