Los partidos y sus retos en 22

Del reportero

Empieza el año con los principales partidos políticos en Puebla divididos internamente y sin claridad en lo que serán y ofrecerán para el proceso electoral de 2024, que en los hechos empezó ya; su prueba de fuego será la sucesión estatal y ahí definirán su existencia.

Por su número de votos en junio pasado, empecemos por revisar a Morena. Hasta ahora sigue siendo un movimiento y no se ha consolidado como una institución política sólida, tiene un líder dominante, el presidente de la República, pero su base está enfrentada.

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Un ejemplo es que en el Congreso no pudieron sacar adelante un compromiso establecido para que 147 municipios recibirán los recursos del Derecho de Alumbrado Público y curiosamente ganó la posición de una minoría de seis legisladores morenistas que se opusieron y dejaron fuera del beneficio a Puebla, San Andrés Cholula y San Pedro Cholula.

Morena podrá seguir ganando elecciones en el estado por su líder López Obrador, pero no por su organización interna ni la fortaleza de sus propuestas. Si la confrontación sigue ponen en riesgo distritos y municipios, como ocurrió en 2021, cuando perdieron la capital y los principales municipios de la zona metropolitana.

Acción Nacional sigue en un escenario de confrontación fraterna y a pesar de ser el principal opositor, que gobierna a millones de poblanos, no ha forjado una propuesta que permita vislumbrar con claridad ganarle a Morena la próxima gubernatura. Lo suyo sigue siendo un pleito interno y de dominio total sobre sus compañeros que no piensan igual, lejos de construir un consenso a partir del disenso, se niegan unos a otros.

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Los panistas no han mostrado la generosidad que es principio establecido por sus fundadores y rechazan al otro, a pesar de que todos tienen un origen y defienden los mismos principios. Tienen aún que vencer un conflicto jurídico en los tribunales, pero eso que se definirá en unos meses no puede ser el dique que les impida dialogar y buscar los puntos de coincidencia. Si no lo logran serán una oposición chata, de la que abusarán sus aliados.

Los priistas tienen una dirigencia estatal definida, pero alejada de sus bases, las cuales han empezado a moverse en otro sentido, sin necesidad de buscar a otro partido sino ofertas políticas distintas y más sociales. En el interior del estado tienen organización, sólo que no se sienten representados ni respetan a su presidente estatal, que está más preocupado por su futuro y el de unos cuantos fieles, pero jamás de un instituto político que tuvo el poder y hoy corre el riesgo de desaparecer.

Ocupa el tercer lugar en número de electores, muy lejos del primero y del segundo, tanto que su propuesta por el DAP no prosperó porque no consiguió los votos del PAN y tampoco le sirvió su acuerdo velado con Morena.

El resto de los partidos se mueven más en sus cúpulas y están lejos de tener bases sociales, sirven para engordar alianzas, pero aportan pocos votos, lo suyo es testimonial y no una lucha por el poder.

En Puebla, los partidos políticos arrancan 2022 con el reto de constituirse como verdaderas opciones, de lo contrario en 2024 la sociedad les puede dar una sorpresa y dejar a un lado a los viejos políticos que cada día son más autistas y están lejos de escuchar las inquietudes de los poblanos.

 

De las anécdotas que se cuentan

Mariana Moguel, hija de Rosario Robles Berlanga, confirmó que el juez federal Ganther Alejandro Villar determinó que su señora madre continuará presa en el penal femenil de Santa Martha Acatitla, al considerar que sus problemas de salud no son graves.

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Uno de los elementos que el juez empleó, es de llamar la atención: que podría fugarse al extranjero en cualquier momento.

Probablemente, ningún otro caso como el de Robles ilustra mejor el problema de la justicia federal en este momento.

Injusticias siempre ha habido en México y se cuentan por docenas de miles los casos en los que la venganza es un argumento de peso para juzgar y ser juzgado.

Pero lo que se observa ahora mismo debería inquietar al país entero. Y no parece que eso ocurra. Con todo, un alemán nacido en 1892 podría ayudar en el problema.

Atribuido equivocadamente a Bertolt Brecht, hay un poema legendario escrito por el pastor protestante Martin Niemöller, férreo antinazi condecorado vastamente. En uno de los párrafos de su escrito “Cuando los nazis vinieron”, el autor dice:

“Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, ya que no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar”.

El punto es que, si los poderes Legislativo y Judicial se subordinan al Ejecutivo, iremos directamente a una autocracia que romperá con nuestro desvencijado Estado de Derecho.

Sin leyes que se respeten, las urnas solo son un parapeto para la simulación.

No es Robles. Es su caso lo que debe llamar la atención.

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*ARD