Contra Vinicius, desafiante y provocador todo el partido, en carrera por la banda derecha cerca del final de la primera parte de la prórroga, se inventó Antoine Griezmann un golazo espectacular, con la pierna izquierda, con poco ángulo, que hizo estallar el Metropolitano.
Era el 3-2 de un partido tenso y trabado más que brillante. Un ida y vuelta como ya es costumbre en los últimos derbis. Ni Oblak, ni Lunin tuvieron su noche. Los dos regalaron dos tantos. El atlético el 1-1 y el madridista el 2-1.
Empató Joselu dos minutos después de saltar al terreno de juego y forzó la prórroga, una más en el derbi capitalino.
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Y en el tiempo extra irrumpió Antoine, homenajeado antes del partido por haber superado a Luis Aragonés como máximo goleador histórico de la entidad.
El francés se inventó un tanto espectacular. Una diana celebrada como nunca en el Metropolitano. Su tanto 175 y el 3-2.
Griezmann dejó atrás a Vinicius, increpado por Simeone al final del encuentro antes de la prórroga por sus celebraciones. Y abroncado por Ancelotti por volver por protestar más que jugar.
Antoine salvó el honor de los suyos y llenó de orgullo a su gente. Hizo el 3-2 y dejó a Vinicius en el suelo. El estallido fue brutal. Todavía mayor cuando Riquelme anotó el 4-2.
La revancha estaba consumada. Y Vinicius se fue derrotado. También el Real Madrid, por segunda vez este curso en el Metropolitano. 3-1 en la liga y 4-2 en la Copa. Griezmann salvó el honor del Atlético.