Mexicano asesin4 a 5 personas en Texas, entre ellas un niño de 8 años; recompensa de 80 mdd

Francisco Oropeza es acusado de dispararle a cinco personas en Texas, por lo que, más de 200 agentes lo buscan puerta por puerta

El domingo pasado, más de 200 agentes acudieron a tocar puerta por puerta para arrestar al mexicano acusado de asesinar a cinco hondureños, incluido un niño de 8 años de edad, en su vivienda de Cleveland, Texas.

En rueda de prensa, el sheriff del condado de San Francisco, Greg Capers, resaltó que, “Estamos yendo puerta por puerta con estos 200 agentes, llamando a las casas de los vecinos, haciendo preguntas y buscando pistas”.

Aunado a lo anterior, agencias federales como el FBI también investigan y llevan desde el sábado prestando asistencia, por lo que, para animar a los vecinos a colaborar, las autoridades ofrecen 80 mil dólares de recompensa para quienes den información con el autor del tiroteo, identificado como Francisco Oropesa, de 38 años y de nacionalidad mexicana.

Cabe recordar que, el viernes por la noche, Oropeza disparó en el jardín de su casa con un fusil AR-15, cuando uno de sus vecinos se acercó a pedirle que dejara de hacer ruido porque era tarde y la familia, incluida niños, no podían dormir.

A lo que, Francisco respondió irrumpiendo en la vivienda para dispararles en el cuello y cabeza, como si se tratara de una “ejecución”, de acuerdo con lo narrado por el sheriff.

Por lo que, el sábado, las autoridades pensaban que tenían al sospechoso acorralado en una zona boscosa, pero perdieron el rastro y el domingo ampliaron el perímetro de búsqueda, reconocieron que no saben si el sospechoso aún está en la zona.

“No sabemos dónde está”, reveló este domingo en la misma rueda de prensa el agente a cargo de la oficina del FBI en Houston, James Smith, quien, además, admitió que ahora mismo las fuerzas de seguridad no tienen ninguna pista sobre el paradero.

En tanto, el FBI cree que Oropeza contactó a sus amigos para pedir ayuda y escapar, y ahora, los agentes intentan identificar a sus amigos para interrogarlos, pues ya han interrogado a la esposa “dos o tres veces” y se mantiene contacto con ella.

A través de redes sociales se han distribuido imágenes del sospechoso y se ha colgado en el vecindario letreros en español para pedir colaboración de la comunidad hispana en el condado de San Jacinto, de 27 mil habitantes.

Aunado a lo anterior, las autoridades Texanas deletrearon el sábado el nombre del sospechoso como “Oropeza”, pero el domingo lo cambiaron a “Oropesa”.

Cabe resaltar que los agentes supieron que algo ocurría cuando recibieron por la noche de viernes el aviso, trasladándose a la vivienda, pero cuando iban en camino, en el centro de comunicaciones del condado recibieron múltiples llamadas del 911, que alertaban de que se trataba de un tiroteo.

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Cuando los agentes llegaron, el tiroteo ya se había producido y el sospechoso ya se había fugado, mientras que, dentro de la vivienda había diez personas, y cinco murieron. Los nombres de las víctimas son: Daniel Enrique Lazo, de 8 años; Sonia Argentina Guzmán, de 25 años; Diana Velásquez Alvarado, de 21 años; Obdulia Molina Rivera, de 31 años, y José Jonathan Cáceres, de 18 años.

De acuerdo con la oficina del sheriff, cuando los agentes llegaron se encontraron a los adultos ya sin vida, mientras que el menor fue trasladado en helicóptero a un hospital, sin embargo, murió al llegar.

En tanto, la policía de Texas presenció cómo dos de las mujeres que estaban en el dormitorio y sus cuerpos estaban encima de dos de los niños que sobrevivieron, en un aparente intento de protegerlos de las balas.

Cómo inició el tiroteo Francisco Oropeza en Texas

De acuerdo con las investigaciones, Wilson García no le había pedido a su vecino que dejara de disparar, la gente de su localidad está acostumbrada a que se realicen detonaciones para relajarse, pero el viernes por la noche, ya era tarde y García con un hijo de un mes que lloraba, no se contuvo, por lo que él y dos personas fueron a la casa de su vecino para pedirle “respetuosamente” que disparara más lejos de su casa.

Nos dijo que estaba en su propiedad y podía hacer lo que quisiera”, reveló García el domingo tras una vigilia en Cleveland, Texas, por su hijo de 9 años, asesinado en el ataque que se produjo poco después.

Mientras que, Francisco Oropeza, seguía prófugo el domingo por la noche, pese a la búsqueda donde participaron más de 200 policías de distintos cuerpos.

García pidió a la policía después de que Oropeza rechazó su petición, pero el hombre disparó más y ahora más fuerte, en un vecindario donde los terrenos miden cuatro mil metros cuadrados, García vio al hombre en su porche delantero, pero no distinguió lo que hacía.

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Mientras tanto, su familia siguió llamando a la policía, cinco llamadas en total. En cinco ocasiones, la persona que respondió seguro que había ayuda en camino.

Primero asesina a la esposa

Entre 10 y 20 minutos después de que García volviera a la casa de Oropeza, el hombre empezó a correr hacia él mientras recargaba.

 “Le dije a mi esposa ‘entra. Este hombre ha cargado su arma’”, dijo García. “Mi esposa me dijo que fuera dentro porque ‘no me disparará a mí, soy una mujer’”.

Sin embargo, el hombre llegó a la casa y le disparó a la esposa de García, Sonia Argentina Guzmán, de 25 años, estaba en la puerta delantera y fue la primera en morir.

Al parecer, había 15 personas en total dentro de la casa, varios amigos que había acudido para sumarse a la esposa de García en un retiro religioso, el hombre decidido a matar a todo el mundo entró.

Entre las víctimas estaban el hijo de García, Daniel Enrique Laso y dos mujeres que protegieron al bebé y a su hija de dos años. García reveló que una de las mujeres le dijo que saltara por la ventana, “porque mis hijos se habían quedado sin madre y uno de sus padres tenía que seguir vivo para cuidarlos”.

Primeras horas de búsqueda

“Intento ser fuerte por mis hijos”, reveló García entre lágrimas. “Mi hija lo entiende un poco. Es muy difícil cuando empieza a preguntar por mamá y por su hermano (mayor)”.

La policía fue puerta a puerta con la esperanza de encontrar cualquier pista para dar con Oropeza. El gobernador, Greg Abbot, ofreció 50 mil dólares que se elevó a 80 mil dólares por información.

“Les puedo decir que ahora tenemos cero pistas”, dijo James Smith, el agente especial del FBI a cargo del caso, durante una conferencia de prensa, que volvió a pedir información a la población local.

Asimismo, la policía recuperó el rifle AR-15, sin embargo, las autoridades desconocen si Oropeza llevaba más armas, pues después encontraron otras en su casa, pero se le debe considera armado y peligroso.

Es probable que huyera a pie, pues en las primeras horas de búsqueda se encontró ropa y un celular, mientras revisaban una zona con bosques, los perros perdieron el rastro.

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Autoridades solicitaron identificar a Oropeza por un carnet de identidad emitido por las autoridades mexicanas para que ciudadanos que residen fuera del país, así como imágenes de la cámara en la puerta, la policía también entrevistó a la esposa del sospechoso.

Capers dijo que esperaba que el dinero de la recompensa motivara a la gente para que ofreciera información e indicó que había planes de colocar carteles informativos en español. García, su esposa y su hijo asesinado y las otras tres víctimas - Diana Velázquez Alvarado, 21; Julisa Molina Rivera, 31; y José Jonathan Casarez, 18 - eran hondureños.

“Tratamos que esta familia tenga un alivio a partir de la conclusión del asunto”, dijo Capers.

Autoridades acudieron lo más rápido que pudieron

El jefe de la policía indicó que los agentes llegaron tan rápido como pudieron y apenas tenía tres personas para cubrir 1.800 kilómetros cuadrados.

En tanto, para el domingo se retiró el precinto policial de la casa de García y algunas personas dejaron flores, además, un agente del FBI, patrulleros del Departamento de Salud Pública de Texas y otros agentes fueron de puerta en puerta, además de revisar vehículos.

Una vecina del sospechoso, Veronica Pineda, de 34 años, dijo que las autoridades habían preguntado si podían registrar su propiedad por si pudiera estar escondido allí. Dijo que le daba miedo que el agresor aún no hubiera sido capturado.

“Asusta un poco”, dijo. “Una nunca sabe dónde puede estar”.

Por último, reveló que no conocía bien a Oropeza, pero en ocasiones le veía con su esposa y su hijo montando a caballo en la calle, y vivían ahí desde hace cinco o seis años, y que ya se habían quejado anteriormente por los disparos.

Finalmente, García dijo que tampoco conocía bien a Oropeza, aunque sus esposas hablaban en ocasiones, una ves le ayudó a talar un árbol.

Con información de Vanguardia y Publimetro

*ARD