Protegidos por el anonimato y seguridad adicional, miembros del jurado presenciaron ayer lunes por primera vez un inusual juicio estadounidense de un exfuncionario mexicano a nivel de gabinete acusado de aceptar sobornos para ayudar a narcotraficantes que debía estar desactivando.
Genaro García Luna está acusado de aceptar portafolios llenos de efectivo — millones de dólares en total — para permitir que el conocido cártel de Sinaloa operara con impunidad mientras enviaba toneladas de cocaína a Estados Unidos.
García Luna ha dicho que es “falso, difamatorio y perjudicial decir que alguna vez recibí bienes materiales de cualquier persona, policía o grupo criminal”.
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Su principal abogado, César de Castro, le dijo a los miembros del jurado que el caso del gobierno estaba basado en “rumores, especulación y las palabras de algunos de los principales delincuentes del mundo” — miembros de cártel que están programados para testificar en su contra.
Durante el sexenio de Vicente Fox, Genaro García Luna recibía mensualmente de entre un millón a millón y medio de dólares, como pago por ayudar con información de inteligencia al Cártel de Sinaloa, en lo que fue etiquetado como una traición a los gobierno de México y Estados Unidos e incluso al crimen organizado.
En la audiencia se llamó al primer testigo incriminador: Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, exintegrante de la fracción del Cártel de Sinaloa comandada por Arturo Beltrán Leyva y sus hermanos, Héctor y Alfredo.
Escoltado por alguaciles federales, “El Grande” se sentó en el banquillo de los testigos, de frente para el jurado y al flanco izquierdo de García Luna, sus abogados y de los fiscales.
“Yo lo vi en varias reuniones con Arturo Beltrán Leyva”, comenzó diciendo “El Grande” en referencia al acusado a quien, en respuesta a la fiscal Erin Reid, quien lo interrogó, identificó sin titubeos, por nombre, apellidos y título: Genaro García Luna, director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) durante la presidencia de Fox.
- ¿Para qué se reunía Arturo Beltrán Leyva con él?, preguntó la fiscal.
- Para pagarle sobornos por parte del Cártel de Sinaloa, soltó el narcotraficante.
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“El Grande”, capturado en México en 2010, narró en la primera audiencia una minuciosa red de corrupción dirigida por García Luna en concubinato con todas las fracciones del Cártel de Sinaloa que datan de 2001 a 2006.
La relación de García Luna con el Cártel de Sinaloa abarcaba a todos los capos de esa organización, Ismael “El Mayo” Zambada García, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, Ignacio “Nacho” Coronel, Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, Amado Carrillo Fuentes y Vicente Carrillo Fuentes.
Gracias a la ayuda de García Luna durante el sexenio de Fox, el Cártel de Sinaloa “ganó mucho dinero, millones, miles de millones de dólares”, de acuerdo a las declaraciones de “El Grande”, las cuales tienen que probar los fiscales ante el jurado y no quedarse nada más con el testimonio y palabra de un narcotraficante confeso, juzgado y sentenciado en Estados Unidos.
Como se anticipaba, los nombres de los expresidente Fox y Calderón, fueron sustento para narrar la larga cadena de corrupción encabezada por García Luna.
“El Grande” fue identificando uno a uno a los presuntos socios del acusado en la trama de colusión y corrupción con el Cártel de Sinaloa.
Todos subalternos del acusado en su paso por la AFI, “El Grande” nombró a los que eran parte del círculo cercano de García Luna en lo que parecía ser la nomenclatura de una especie de cártel criminal desde el gobierno y no una dependencia federal para combatir el narcotráfico.
Luis Cárdenas Palomino, Ramón Pequeño García, al comandante Domingo, Armando Espinosa de Benito, Edgar Millán, Iván Reyes Arzate, Víctor Garay Cadena, Edgar Enrique Ballardo del Villar y otros comandantes regionales de la AFI, a quienes “El Grande” nombró por su primer nombre o apellido, como Villegas y Eloy que fueron enlistados como socios principales en la nómina de corrupción de García Luna.
“A García Luna, Arturo Beltrán Leyva le entregaba ‘La Polla’, el dinero recolectado entre las fracciones del Cártel de Sinaloa, de un millón a un millón y medio de dólares mensual”, aseguró Villarreal Barragán ante el jurado y el juez en la Corte Brooklyn.
Agregó que en decenas de ocasiones fue testigo de los pagos millonarios que por lo menos los Beltrán Leyva le entregaban mensualmente.
“Todas las cosas caminaban perfectamente, era la mejor inversión que tenían”, subrayó “El Grande” en referencia a los pagos del Cártel de Sinaloa para García Luna y los dividendos que para esa organización significaban esos pagos mensuales.
Aunque también había excepciones, como representaban para los narcotraficantes y García Luna la confiscación de cocaína y otras drogas a cárteles rivales, como el del Golfo y Los Zetas, comandados por Osiel Cárdenas Guillén en la época de la presidencia de Fox.
Con frialdad y sin inmutarse, “El Grande” contó un incidente ocurrido en 2003 cuando gracias a la información que le dio García Luna a los Beltrán Leyva, confiscaron dos toneladas de cocaína del Cártel del Golfo en la carretera que va de la Ciudad de México a Veracruz.
“La cocaína se llevó a una bodega en Cuernavaca, Morelos, porque con García Luna se repartían en un 50% los decomisos, no la droga, sino el dinero de lo que costaba”, aseguró “El Grande”.
A la bodega presuntamente acudió García Luna acompañado de Cárdenas Palomino, donde Arturo Beltrán Leyva, su secretario Roberto “R” y en presencia de “El Grande”, recibieron su parte en billetes de 20 dólares colocados en cajas de cartón.
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- ¿Cuánto?, inquirió la fiscal Reid.
- 14 o 16 millones de dólares, respondió “El Grande”, destacando que él vio el dinero y que además Beltrán Leyva tuvo que prestarle a García Luna una camioneta porque en el vehículo que llevaba no cabían todas las cajas con los dólares de su 50% correspondiente de la cocaína.
Los pagos mensuales al entonces titular de la AFI, provenientes de la “polla” del Cártel de Sinaloa y que “El Grande” dijo haber presenciado a lo largo del periodo de Fox, se hicieron en su mayoría de ocasiones en “La Oficina”, una casa de seguridad ubicada al sur de la capital mexicana.
“El Grande” ubicó esa “oficina” a unas tres cuadras del centro comercial Perisur, y a una, tres o cuatro cuadras de una iglesia católica, Parroquia la Esperanza de María en la Resurrección del Señor conocida como “La Paloma” por su estructura arquitectónica.
“El Grande” afirmó que Arturo Beltrán Leyva acudía con frecuencia a esa iglesia, y que a García Luna y sus acompañantes, “R” u otros capos, los recogían en el estacionamiento de Perisur para ser llevados a recoger su cobro mensual a “La Oficina”.
“En billetes de 100 dólares, en fajos de 10 mil dólares, y pacas de 50 mil, se les entregaba el dinero que se colocaba en maletas negras, conocidas en México como chorizos”, describió “El Grande”.
La presentación del narcotraficante se interrumpió al concluir la sesión de este lunes cuando empezaba a desglosar la relación de García Luna con otros miembros de la fracción de los Beltrán Leyva como Edgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, Alberto Pineda Villa, “El Borrado”, y otros.
*IR