En los hechos, la alianza PriMor se regodea en Puebla.
El Congreso Local es el escenario donde más la presumen y eso se confirmará la próxima semana cuando se apruebe el paquete de reformas enviadas para cambiar hasta el modo de andas al Poder Judicial; antes sucedió en el acuerdo para echar de la vicepresidencia a la panista Guadalupe Leal, después del consenso en la integración de la Mesa Directiva, que preside el priista Néstor Camarillo.
Más y mejores aliados imposible.
En el tema electoral es donde coquetean y los dirigentes estatales de ambos paridos sin mayor experiencia política derraparon o los “chamaquean”, como sucedió esta semana cuando trataron públicamente la posibilidad de ir aliados en 2024.
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Olga Romero, la flamante presidenta de Morena de origen priista, hizo declaraciones de las que tuvo que desdecirse unas horas después y lo peor fue que la reconvino su jefe político, el gobernador Miguel Barbosa cuando les recordó a los políticos que no han salido de la periquera:
“Es una competencia de la dirección nacional y del Consejo Nacional (...) así es que si en Puebla se hacen alianzas que adicionen a otros partidos distintos al PT y al Verde, tendrá que ser competencia de la dirección nacional y del Consejo Nacional”, precisó el miércoles.
No le toca decidir ni a Néstor Camarillo ni a Olga Romero, quienes andaban haciendo cuentas alegres y planteando escenarios donde ellos no son protagonistas, vamos no les corresponde ni la tramoya y cuando mucho tendrán asiento en los palcos sin palomitas.
Por ejemplo, la dirigente estatal de Morena el martes declaró por la mañana y en la tarde se retractó con lo que cerró toda posibilidad de formar una alianza con el PRI para la contienda electoral de 2024 en Puebla, después de que dejó abierta la puerta para sumar a priistas.
“Todas las personas que tengan esas buenas intenciones, ese don de servicio y que de verdad vengan con la ideología que tenemos en todos los comités estatales del país y sobre todo la de nuestro presidente de la República y nuestro gobernador del estado, serán bienvenidos”.
David Méndez, fundador de Morena y un militante de la izquierda desde su juventud, fijó su oposición en redes a la posibilidad de la alianza con los priistas como lo dijo la señora Romero.
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Ella desmintió a los medios que publicaron lo dicho. Recién electa presidenta del Comité Ejecutivo Estatal, consejera estatal y nacional de Morena insistió: “de forma dolosa, mi declaración fue editada y sacada de contexto. No digo sí a una posible alianza, Morena jamás se aliaría al PRI, un partido que ha lastimado tanto al país”, insistió Romero.
No fue lejos por las precisiones, el miércoles el gobernador Barbosa explicó que sólo la dirigencia nacional y el Consejo Nacional de Morena serán quienes podrán decidir sobre las alianzas locales que formalice su partido en 2024, luego de que el líder estatal del PRI, Néstor Camarillo, declaró que no descarta la coalición PriMor para las próximas elecciones en Puebla.
Tras conocerse que el dirigente priista en la entidad no excluyó la posibilidad de abandonar a sus aliados actuales para el siguiente proceso y que, de forma paralela, la líder estatal de Morena señaló que su partido está abierto a la adhesión de perfiles que tengan vocación de servir, el gobernador insistió que la dirigencia nacional es la única que tiene facultades para suscribir alianzas.
“No voy a opinar sobre alianzas de partidos políticos. Las alianzas sobre partidos con rumbo a elecciones, les corresponde a las direcciones [partidistas]”, insistió.
En Puebla, la alianza legislativa de Morena y el PRI es un hecho y para llegar a la electoral de 2024 lo decidirán en Palacio Nacional, en ningún otro lugar.
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