Se le dice madame o matrona a aquella mujer que regentea un prostíbulo, esa es la nueva faceta de Adriana Barraza, quien ahora tiene a su cargo a gigolós, hombres guapos que se venden, para complacer a quien así lo pida.
La actriz es una de las cartas fuertes de Diario de un Gigoló, serie de drama en la cual interpreta a Minou, una mujer que en su juventud se dedicó a la prostitución y fue tendiendo redes en ese ámbito hasta llegar a ser poderosa.
En la producción que estrena en Netflix comparte créditos con el español Jesús Castro, la argentina Victoria White y la mexicana Fabiola Campomanes.
“Maneja gigolós de alta gama, con gente poderosa; el personaje es la dueña de una galería de arte que, si uno ve, la ven como una señora fina que se dedica a vender cuadros, pero tiene oculta su organización, es como el negocio perfecto”, indica Barraza.
“Tiene una historia bastante oscura, empieza en un ambiente duro y tiene relación con gente de la política, el arte, también es fuerte porque debe sobrevivir”.
Eso sí, adelanta la actriz, hay algo de humanidad en ella, aunque no lo parezca.
“La serie tendrá una advertencia para adultos porque, si hablamos de sexo, se tiene que ver, claro, todo medido, no es cuestión pornográfica, pero sí adulta.
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“El personaje es la antiheroína, no hay nada que admirarle, pero aunque se vea mucho glamour en ella, tuvo que ser de carácter para estar en donde está. Hay un momento en el que le dice al personaje masculino que en esto no puede enamorarse”, abunda.
Diario de un Gigoló es producida por el mismo equipo de El marginal, serie policiaca que lleva cinco años en el aire.
En la producción, Barraza maneja gigolós de alta gama, con gente poderosa; su personaje es una mujer que es dueña de una galería.
A la actriz se le vio recientemente en Venecia como parte de Mónica, película que está en la competencia oficial y que fue recibida con 11 minutos de aplausos.
En la cinta una mujer trans (Trace Lysette) regresa al seno familiar para saber quién es, mientras tiene a su madre enferma (Patricia Clarkson).
“Leticia es la señora que cuida a la madre enferma, pero es mucho más, ambas son amigas; observa lo que está pasando y cómo se va desarrollando la familia.
“Para mí es una historia conmovedora, que habla de la familia y sin trampas, sin escándalos, porque sería eso muy fácil al hablar de una mujer trans, pero no tiene nada de escandaloso, por el contrario, es honesta”, considera.
*IR