Corría la primavera de 2006, el candidato presidencial del Partido de la Revolución Democrática, Andrés Manuel López Obrador llevaba el primer lugar en preferencias, aún con ventaja sobre el panista Felipe Calderón y se perfilaba para suceder a Vicente Fox.
Una de esas tardes, en Puebla en la casa de un empresario, el gobernador Mario Marín, comió con el aspirante panista. No había muchas coincidencias y el mandatario enfrentaba la revelación de su conversación con el industrial Kamel Nacif, que llevó a la cárcel a la periodista Lydia Cacho, y tenía a Roberto Madrazo como su candidato, a quien apoyó política y económicamente.
La realidad en ese momento perfilaba sólo a dos contendientes y uno de ellos en su estilo pragmático se reunía con sus opositores, es el caso.
El momento climático se dio en una propuesta, cuando Calderón le expuso al gobernador poblano.
-Si llega Andrés Manuel a la presidencia, por el caso Cacho lo va a meter a la cárcel; si yo llegó eso no sucederá. No le pido votos ni dinero, sólo el compromiso de que se respetarán los votos que emitan por mí en el estado- propuso.
Se estrecharon las manos y se estableció un acuerdo de palabra, que las partes cumplieron.
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Eso viene a colación porque ayer, desde Palacio Nacional, el presidente de México, López Obrador, señaló que el exgobernador de Puebla, Mario Marín, ayudó a Felipe Calderón a cometer fraude electoral en 2006, para alcanzar la presidencia de la República, por lo que no se avanzó en la investigación por tortura a Lydia Cacho Ribeiro.
En su rueda de prensa, al preguntarle sobre el caso Mario Marín, recordó que el ex priista, junto con otros gobernadores, fueron parte del fraude –no dio detalles de la ayuda señalada- que dio la victoria a Calderón Hinojosa.
El presidente agregó que entre los que ayudaron al panista a cometer el fraude electoral en 2006 fueron los exgobernadores de Nuevo León, José Natividad González Parás; de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores; y el de Puebla.
El presidente insistió que esa fue la razón por la que no se avanzó en la investigación contra el exgobernador de Puebla por torturar a Lydia Cacho, hecho por el que ahora se encuentra en prisión en Cancún, tras ser detenido en 2021 en Acapulco, Guerrero.
Precisó que su gobierno no es como los anteriores, por lo que dijo confiar en Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que se haga justicia en el caso, aunque afirmó no tener confianza en todos los jueces, pues algunos siguen laborando a pesar de ser de un régimen anterior.
“Decirle a Lydia Cacho, con todo respeto, y a los que pueden seguir pensando igual, que no somos iguales, nosotros no protegemos a delincuentes o a presuntos delincuentes”, mandó el mensaje.
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Así luego de señalar que Marín ayudó a Calderón a cometer fraude, López Obrador precisó que es el Poder Judicial el que debe informar sobre los avances del caso Lydia Cacho para que no haya especulaciones.
El exgobernador poblano está gestionando un amparo para conseguir su libertad, que sus abogados le prometieron sucedería en septiembre.
El año pasado, trascendió que el presidente López Obrador sugirió a sus operadores, entre ellos el secretario de Gobernación, que Marín siga en la cárcel, porque no está dispuesto a soportar que Lydia Cacho lo esté “atacando” diario en las redes sociales.
Por lo escuchado ayer en Palacio Nacional, el poblano seguirá recluido en el penal de Cancún. No hay perdón ni olvido.
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*BC