El partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, Morena, vive momentos cruciales en el país y especialmente en Puebla.
El próximo sábado va a la elección de sus consejeros distritales -aquí 150, 10 por cada uno de los 15 distritos la mitad hombres y mujeres-, quienes el 6 de agosto como Consejo Estatal designará al nuevo Comité y a su presidente, que será varón.
Como tradicionalmente ha ocurrido en la izquierda poblana hay grupos, intereses y luchas internas que son públicas y en ocasiones llegan a la violencia verbal y física, complicando aún más la unidad indispensable ante un competido proceso electoral, como el que será el de 2024.
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Quienes actualmente y en los últimos años han manejado el partido empiezan a hacer públicas denuncias de compra de votos y acarreos, mientras sus adversarios ligados a Casa Aguayo adelantan que ante la incapacidad de movilizar a miles de votantes a su favor intentarán “reventar” la elección para que se declare desierta la integración del Consejo Estatal y se nombre nuevamente a un delegado del Comité Ejecutivo Nacional.
Por lo pronto, el próximo presidente del partido Movimiento Regeneración Nacional en Puebla deberá ser un hombre, de acuerdo con lo determinado el lunes por el Comité Ejecutivo Nacional.
En un sorteo, Morena dividió a las 32 entidades federativas entre hombres y mujeres para garantizar la equidad y Puebla quedó en la lista para tener un presidente estatal.
En tanto Chihuahua, Durango, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas, serán mujeres.
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Desde su creación, la mayor parte del tiempo Morena ha sido dirigido por hombres en Puebla, sólo sus primeros 3 años lo presidió María Luisa Albores, actual secretaría del gabinete federal.
Hasta el lunes pasado se conoció la tercera lista de aspirantes a consejeros estatales publicada en menos de 48 horas por Morena, se reconocen a 2 mil 384 inscritos, entre quienes se apuntan ex funcionarios, figuras foráneas a la militancia y fundadores.
Están nueve de los 17 diputados locales, una diputada federal, dos exdiputadas locales, dos exdiputados federales, tres ex regidores del municipio capital, cuatro integrantes del gobierno de Claudia Rivera Vivanco y dos hermanos de la ex presidenta municipal.
Buscan ser consejeros un ex aspirante a gobernador, las expresidentas municipales de San Andrés Cholula y Cuautlancingo, el actual edil de San José Chiapa y el ex candidato a la presidencia de Atlixco.
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También destacan foráneos como un exdiputado de la Ciudad de México, una exdirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática y un par de perfiles identificados como fundadores de Morena en Puebla.
En contraste con las dos listas que aparecieron el fin de semana y se retiraron con la caída de la plataforma del partido, quedó fuera Felipe Patjane, expresidente de Tehuacán y quien actualmente está en prisión.
Habrá distritos más peleados que otros, aunque sólo se elegirán a cinco mujeres y cinco hombres, de decenas de aspirantes.
El distrito 5 con cabecera en San Martín Texmelucan es el más peleado con 304 inscritos, en el 14 de Acatlán de Osorio son 289, en el 8 de Ciudad Serdán suman a 277 y en el 2 con cabecera en Zacatlán la lista alcanzó los 200.
La disputa va en serio, es la lucha por el poder en Morena y su próxima dirigencia será clave en la selección de candidato para 2024, por ello lo crucial de la circunstancia que vivirá el próximo sábado 30 de julio.
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De las anécdotas que se cuentan
Hay ocasiones en las que, cuando se pide justicia se corre peligro de muerte y otras tantas, en las que el riesgo no cesa cuando se ha obtenido el apoyo de la ley.
Es exactamente lo que ocurre con la familia LeBarón.
En 2019, una parte de ese clan fue atacada y murieron nueve de sus miembros, en Bavispe, Sonora. Tres mujeres y seis niños fueron ejecutados por hombres que, supuestamente confundieron las camionetas en las que viajaban los LeBarón, con sicarios de un bando contrario, algo absurdo a todas luces.
Uno de sus líderes, Adrián LeBarón, emprendió una cruzada en Estados Unidos y México, intentando obtener justicia. La ventaja de contar con la doble nacionalidad le permitió ir avanzando en su labor de coadyuvante de las autoridades de ambas naciones.
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Pues, hace unos días, un juez federal de Dakota del Norte, condenó en ausencia al Cártel de Juárez, presunto autor de la masacre, para que pague la friolera de 1 mil 500 millones de dólares a la familia LeBarón por el asesinato de nueve de sus miembros.
La cantidad a pagar podría llegar a 4 mil 500 millones de dólares si se aplican los tabuladores de la Ley Antiterrorista de los Estados Unidos.
Se ofrecieron distintas pruebas y se concluyó que en realidad no fue una confusión sino una ejecución contra esas nueve personas, como vendetta por las constantes denuncias públicas que la familia LeBarón ha hecho en contra de la organización que alguna vez dirigió Amado Carrillo.
Una vez que el juez lo señale, la forma de cobrarle ese numerario a la organización delictiva sería mediante la congelación de dinero y propiedades de sus dirigentes, incluyendo los activos que se encuentren en México, mediante un convenio binacional.
Recibir una indemnización no regresará la vida de las mujeres y los pequeños que fueron masacrados, pero sí podría encuadrarse como justicia.
El gran inconveniente es que, si el cártel de Juárez fue capaz de matar mujeres y niños por tener la piel muy delgada al recibir embates mediáticos, no hay que pensarle demasiado en lo que podría hacer si de la nada, la justicia estadounidense le arrebata 4 mil 500 millones de dólares.
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El costo de la indemnización sería seguramente letal para esa organización y prácticamente le dejaría el camino despejado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para arrasar con el estado de Chihuahua.
Por si fuera poco, no sería raro que Andrés Manuel López Obrador saliera con alguna decisión para que una parte de ese dinero incautado se quedara en México (es decir, en manos del gobierno federal) por medio de alguna interpretación caprichosa de las leyes y los acuerdos multilaterales.
Diciéndolo sin un ápice de humor, nadie sabe los alcances de la interpretación presidencial de los abrazos y los balazos.
¿No tocar a los delincuentes también incluye a sus activos?
Es una pregunta que pronto encontrará respuesta en el caso de los LeBarón.
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*ARD