Las dudas de Acatlán

Del Reportero

El 21 de abril de 2022, alrededor de las 11 de la noche, un comando emboscó al director de Seguridad Pública de Acatlán, Héctor García Álvarez, en el tramo Palomas-Tlapa Guerrero. En el acto falleció su esposa y tres menores de edad quedaron severamente heridos por la volcadura en la que terminó el ataque.

De inmediato, un mar de especulaciones hizo acto de presencia, destacando la insistencia de algunos medios de comunicación, en el sentido que el Cártel Jalisco Nueva Generación era el autor del atentado, cuando para los expertos, era más que evidente que “Los Rojos” tienen una larga historia vinculada a Acatlán.

Las autoridades han detenido a una enorme cantidad de policías municipales, unos 27, cifra que incluye hasta a policías de Tránsito. No pasaron demasiados días para que el discurso de la cacería de culpables comenzara a hacer agua.

 

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El 7 de mayo se supo que, de esos 27 policías, tres fueron puestos en libertad y los demás fueron vinculados a proceso por los delitos de usurpación de funciones y uso indebido de condecoraciones; en otras palabras, no eran policías sino cachirules.

Lo anterior señala que el léxico atronador de algunos medios en el sentido que esos 27 agentes fueron partícipes de la muerte del director de Seguridad Pública municipal, es en el mejor de los casos, una temeridad, pues se les acusó sin pruebas.

El camino hacia los verdaderos culpables se da por coordenadas distintas: no había iniciado mayo cuando se hicieron dos detenciones relevantes, pero discretas, una en contra de “El Negro”, en Guadalupe Santa Ana y otra en Acatlán, sobre el jefe de sicarios de aquél, “El Sueño”.

Ambos, forman parte de “Los Rojos”.

Guadalupe Santa Ana es un territorio que funciona como refugio y hasta caja chica de distintas organizaciones delictivas que operan en la Mixteca, particularmente en Acatlán. Su gobernabilidad está claramente vinculada a lo mafioso, pero no de ahora sino de décadas.

El doctor Mauricio Saldaña comenta al reportero un ejemplo palpable sobre la viscosidad del territorio. Se trata de la muerte de una mujer llamada Santa, quien vivió en ese lugar y que fue masacrada en 2012.

Cuenta el doctor Saldaña, la historia siguiente. En Guadalupe Santa Ana, padre e hijo habían sido alcaldes. El padre disponía de sus propios sicarios y uno de ellos fue el que dio muerte a Arsenio Herrera Cortés, dos veces edil (1981-1984 y 1990-1993), el 12 de agosto de 2010, a las puertas de su domicilio.

 

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Por su parte, el hijo ha sido mencionado con insistencia en la muerte de una antigua amante suya, Santa, quien había sido escoltada por dos sicarios de aquel hombre; uno, Omar, amigo de “El chimpancé”, reconocido homicida.

El segundo escolta de Santa, llamado Galdino, estuvo una temporada en prisión por portación de un revólver calibre 38 especial. Galdino se hizo famoso por haber dado muerte a Quintiliano, sicario conocido de la mixteca, muerto a los 75 años de edad, ya en retiro.

“El chimpancé”, encontraría la muerte de manera atroz: con huellas de estrangulamiento, fue ejecutado de un disparo a la cabeza, a principios de 2013. Pronto se comentó que aquel sadismo en su muerte se debía a que el finado se había hecho pareja de una sobrina del padre de su jefe.

El doctor Saldaña cuenta que Santa tenía algo que ver con el trasiego de narcóticos y un día de mayo en 2012, desapareció por un levantón que le dieron en pleno centro de Guadalupe Santa Ana. El 18 de mayo de ese año, a orillas del río Nexapa, se encontró el cadáver de quien presumiblemente era aquella mujer.

Las pistas llegaron a vincular al territorio mixteco con redes criminales que traficaban heroína, hasta los Estados Unidos.

Pero hay más, Santa también había sido pareja de otro alcalde, que terminó perseguido por el Congreso, por no haber comprobado el destino de ocho millones de pesos del presupuesto de 2012, más un cúmulo de acusaciones por tráfico de piezas arqueológicas, en 2013.

 

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se mismo alcalde se trenzó en una pelea con Antorcha Campesina, politizando obras y apoyos en las comunidades de San Antonio Chiltepec, San Rafael, La Paz, Santa Cruz, Providencia, Vista Hermosa y, Las Flores.

Así, en pleno auge de “Los Rojos” y la llegada de CJNG, otro funcionario público local se hizo de valor y con un puñado de leales se enfrentó a Antorcha, el 18 de marzo de 2016, disputándose el pago de la pavimentación de la Avenida Nacional, por un monto de tres millones de pesos.

Al final, la entonces Secretaría de Infraestructura intervino y calmó momentáneamente las aguas.

Como podrá observar el tomador de decisiones, las relaciones de la delincuencia organizada con algunas familias custodias de Acatlán y Guadalupe Santa Ana, se deben básicamente a que forman parte del mismo tejido.

Mientras tanto, solo hay una certeza: “Los Rojos” nunca se han ido de Acatlán.

Es un territorio familiar, literalmente, para ellos.

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