En lo que parecía un incontrolable choque político de trenes, por el plazo de la concesión de publicidad en paraderos, puentes y pendones de la capital poblana, se frenó con una pausa para discutir y establecer lo que es legal, aunque el acuerdo final no vaya a gustar a algunas de las partes involucradas.
El gobernador Miguel Barbosa Huerta reconoció la decisión del alcalde Eduardo Rivera de suspender el proceso para concesionar por 10 años los espacios publicitarios en la capital, sin embargo, señaló que el edil debe aclarar a que se refiere cuando dijo que va a “pausar el proceso”.
Barbosa señaló que el presidente municipal debe ser más específico cuando se refiere al término de pausar, además aseguró que no será él quien haga interpretaciones sobre lo dicho por la autoridad de la capital.
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"No sé qué quiso decir el alcalde utilizando la palabra pausa, yo no lo sé, en todo caso él tiene que explicar el alcance de la palabra pausa, yo no voy a ser quien intérprete las palabras y les ponga significado, lo respeto mucho para que yo pusiera, 'lo que el alcalde quiso decir con la palabra pausa, es esto o lo otro, no', yo lo que también reconozco es la decisión de reflexionar sobre este tema, eso sí lo reconozco, por lo demás tenemos que saber que significa la palabra pausa", dijo.
El mandatario poblano comentó que siempre que se presente un asunto fuera de la Ley, este será señalado para su reflexión y esta postura la tendrá durante todo el periodo de su administración.
"Esa posición debe ser reconocida, la del alcalde y la reconozco, pero hay que ver que significa pausa, que alcance tiene esa palabra y bueno, pues lo que si reitero y digo que es, merecido el reconocimiento para reflexionar por parte del Ayuntamiento, pero la reflexión que nosotros daremos siempre estará en el marco de la Ley", insistió.
El pasado martes, Barbosa Huerta señaló que con la concesión publicitaria se pretendía tener un “control político” de los espacios publicitarios, por un plazo que excede el periodo para el que fue electo el gobierno municipal.
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Eduardo Rivera insistió que el plazo de la concesión de 10 años no es nuevo y así se otorgó desde hace dos décadas y no es un contrato llano, sino obedece a una licitación en la que el empresario beneficiado tiene que hacer una inversión de mediano plazo, pero aceptó platicar con el gobernador y el Congreso Local para que no haya duda de que su posición no viola la ley.
La política fue más importante que la confrontación entre niveles de gobierno que a los únicos que afecta, al final, es a los ciudadanos.
De las anécdotas que se cuentan
El 18 de marzo, Lidy Villalba de Heinz murió adentro de su propia camioneta, a balazos. Probablemente, esto es lo único que se tiene por cierto tras la rareza en la que se ha envuelto la muerte de una de las golfistas más queridas en San Luis Potosí.
El hecho ha conmocionado a la opinión pública de su estado natal pero también de Jalisco y Zacatecas, considerando la intensa actividad de la golfista, además de ser empresaria, filántropa y notoria promotora de distintas causas sociales, sin omitir que el PRI la postuló como candidata a diputada federal.
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La primera versión señala que Villalba se desplazaba en los límites de Jalisco con Zacatecas, tras haber participado en un torneo. Le acompañaba su chofer y una amiga, Lorena Torres, también golfista.
En esta versión, el chofer se percató de un falso retén y pasó de largo a toda velocidad, pero le dispararon a distancia y ahí terminó la vida de su jefa, además de que el propio conductor resultó herido.
En una segunda versión, que por el momento ha sido secundada por el fiscal de Jalisco, Luis Joaquín Méndez, había un retén de dicha entidad pública y del Ejército. Méndez no lo apunta, pero al parecer, el chofer entró en pánico cuando vio al personal armado, decidiendo evadirlos. Y tanto los ministeriales como los militares les dispararon.
La tercera versión es que un grupo de delincuentes intentó parar a la camioneta de Villalba para asaltarla o secuestrarla, pero el chofer logró evadirlos, aunque recibió una serie de impactos de bala.
La posibilidad de un asalto en esa zona es muy alta, considerando que es tierra de nadie entre distintos grupos de la delincuencia organizada; sin embargo, las declaraciones de la fiscalía de Jalisco dan a entender que, el personal policiaco y militar que se encontraba en el retén, disparó sin más, apenas la camioneta que llevaba a Villalba se pasó de largo.
Podría decirse que la culpa fue del chofer de la golfista; sin embargo, considerando que el lugar adonde estaba el retén es un punto de alto riesgo, tal vez las cosas no estén tan claras.
Algunos medios regionales dicen que la culpa fue de la propia golfista, pues la camioneta en la que viajaba, “parecía de narcos”.
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El disparate es evidente. Más bien, el chofer de Villalba tendrá que declarar qué fue lo que vio en el retén que le hizo tomar una decisión que puso de luto a una familia de once hermanos y a San Luis Potosí.
Y mientras tanto, en la Ciudad de México se festina la reducción de los homicidios en el país. Según sus cuentas, claro está.
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*ARD