A menos de un mes de que Morena vaya nuevamente a la prueba de las urnas, el 10 de abril por la revocación del mandato, en Puebla tienen el objetivo claro de mantener por lo menos la votación de junio del año pasado, cuando consiguieron once de las 15 diputaciones federales en juego.
Ganar y mantener el poder es la orden de su único líder, Andrés Manuel López Obrador.
El ejercicio y los objetivos no son sencillos y menos cuando no ha prendido la democracia participativa que, más que revocación de mandato, busca el apoyo al presidente de la República, quien, sin importar el resultado, culminará el periodo para el que fue electo el 30 de septiembre de 2024.
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En este ejercicio, la oposición, formalmente la Alianza por México y estatalmente Alianza por Puebla, integrada por PAN-PRI-PRD y como opción bisagra Movimiento Ciudadano, no ha mostrado en los hechos la unidad y la fuerza necesarias para enfrentar a Morena y recuperar Casa Aguayo en 2024.
Mientras a nivel nacional las reuniones de los dirigentes y sus discursos van en el sentido de sacar de Palacio Nacional al partido de López Obrador y hacerlo con una propuesta programática y un candidato, hombre o mujer, impulsado por los tres partidos, incluso ciudadano con una propuesta que puede ser una 3ª Vía, localmente marcha cada uno por su lado.
Importantes operadores priistas y panistas y lo que queda del perredismo, han empezado a escuchar propuestas de aspirantes morenistas para 2024.
En el fondo, se sienten abandonados por sus líderes y no quieren ni van a aceptar una línea vertical que les imponga a quien no haya tendido puentes ni negociado con ellos.
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Este ambiente prevalece lo mismo en la capital, que, en el interior del estado, y no es una práctica nueva.
En su momento, el senador Rafael Moreno Valle tendió puentes con los priistas y les propuso posiciones de poder si llegaba a la gubernatura y quienes no se identificaban con el gobernador Mario Marín y su delfín, Javier López Zavala, no dudaron en respaldar al candidato de una alianza plural encabezada por los panistas.
Algo parecido ocurrió en las elecciones de 2017 a favor de Tony Gali, para entonces todos los dirigentes partidistas estatales y regionales mantenían una fuerte relación con el morenovallismo, que les ofreció nuevamente poder y concesiones sin necesidad de que abandonaran a su partido. El triunfo fue rotundo.
Para 2018, el fenómeno López Obrador no dejó dudas que su partido, Morena, consiguió el mayor número de posiciones y una cerrada competencia por el estado se prolongó en la decisión de tribunales para definir como ganadora a la panista Martha Erika Alonso sobre Miguel Barbosa, pero el dominio en el Congreso Local y en las presidencias municipales para los morenistas fue rotundo.
Por eso, el reclamo de Barbosa de que le habían robado la elección tenía eco y seguidores. La tragedia del accidente del helicóptero, en el que perdieron la vida la gobernadora poblana y su esposo el senador Moreno Valle, abrió nuevamente la posibilidad y llevó al morenista a Casa Aguayo, quien tuvo un fuerte respaldo de priistas y los panistas le hicieron vacío a Enrique Cárdenas, que los ignoró y apostó por su propuesta y su equipo.
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Actualmente, políticos y partidos se preparan para 2024, quien afirma que no es así, miente y en ese escenario se empiezan a forjar otras alianzas, antes impensables.
Será 2024 el año definitivo, quien juegue por Morena tendrá el reto de cumplir la orden de López Obrador de ganar, mientras la oposición tiene la oportunidad de competir o de convertirse en partidos más pequeños y testimoniales, como lo fueron por años ante la maquinaria priista
Desde ahora, los partidos y sus políticos se están jugando su futuro.
De las anécdotas que se cuentan
Un líder de juntas auxiliares de la capital, militante y fiel al panismo, confió:
-La dirigencia no nos hace caso, ni siquiera nos escucha. Eso sí, nos buscan solo en las elecciones para representarlos en las casillas y después nada. Mejor nos están buscando priistas que ya traen acuerdo con los de Morena. Los vamos a escuchar- no sin lamentarlo, confesó.
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*ARD