Ahí viene el Tren de Aragua
El Tren de Aragua ya está en México y viene con todo, específicamente en los ramos de trata de personas, tráfico de indocumentados, secuestro, gota a gota y cobro de piso.
Los focos rojos
Los integrantes de este grupo venezolano entran por goteo a México y se concentran inicialmente en los estados de Chiapas y Quintana Roo. Sus ramificaciones les permiten llegar hasta Chihuahua, particularmente Ciudad Juárez.
Sobre los indocumentados
En el caso del tráfico de indocumentados, uno de sus mayores bastiones es el estado de Chihuahua, considerando que ahí disponen de una red de casas que emplean para mantener docenas de personas, listas para intentar el cruce fronterizo. Y, cuentan con docenas de viviendas en el estado de Texas, que se encargan de recibir a los viajeros.
El Tren de Aragua tiene conexiones con uno de los grupos criminales influyentes en la entidad norteña, La Línea, creatura del Cártel de Juárez, aunque también se menciona al Cártel de Sinaloa.
El expolio a los indocumentados por parte del Tren de Aragua es el mismo que se maneja por parte de otras organizaciones criminales: puede ser que el “pollo” pague 10 mil dólares por cruzar y lo logre, que lo dejen a la vera del camino o que opten por secuestrarlo para exigir 20 mil dólares de rescate a sus familiares.
En el centro del país
Para tal región, opera asociado con grupos criminales de Colombia y Perú, trabajando colegiadamente en el préstamo gota a gota. Es de entenderse que para un mexicano promedio, los acentos venezolanos, peruano y colombiano suenan iguales, así que no hay demasiado margen para ser identificados con facilidad.
Adonde las cosas no son tan predecibles es en la Ciudad de México, como ocurrió el pasado mes de julio en el que se encontraron los cadáveres de dos mujeres venezolanas, cada cual con un disparo en la cabeza, quienes de venir como scorts, pasaron a la prostitución forzada en un parpadeo.
Preguntando, me dicen que en la Ciudad de México, este grupo explota mujeres, la mayoría procedente de Perú, Venezuela y Colombia pero también de Bolivia, siguiendo el mismo modelo mexicano de ofrecer un trabajo promisorio que mutará a prostitución forzada.
Así comenzó a sonar el nombre de un lenón, “El Luisito”, quien apenas es la punta de la madeja de una red de tráfico de mujeres que va desde Caracas hasta la capital mexicana.
4 mil y contando
El Tren de Aragua no es un cártel sino una pandilla de alto impacto. Su motor delictivo siempre ha sido el cobro de piso y a no pocos inquieta que su base social ha crecido conforme se expande su “Fundación Somos El Barrio JK”.
Con poco más de 4 mil integrantes, el Tren de Aragua tiene actividad en los estados de Florida, Illinois, Nueva York y Texas, sin omitir que además de México, tiene operaciones en por lo menos la mitad de países de América Latina.
Empero, hay otro problema: una de sus fuentes de ingreso es el cobro de piso en las prisiones adonde tenga integrantes recluidos, por lo que ese numerario mantiene las operaciones de otros criminales que estén en libertad.
La agenda del miedo
Uno de los factores comunes de la Ciudad de México, así como de los estados de Puebla y Tlaxcala es la trata de personas. En Puebla y la capital del país, el Cártel de Tepito recibe notables sumas de dinero por el cobro de piso a centenas de prostitutas, al tiempo que en Tlaxcala, los Caballeros Templarios funcionan como outsourcing de centenas de lenones con base en Tenancingo, para trasladar mujeres a distintas entidades del país.
Por otra parte, el préstamo gota a gota es una industria consolidada en las tres entidades y no se diga del tráfico de indocumentados. Se cuentan por centenas las viviendas, naves industriales y hasta terrenos en medio de la nada que eslabonan un corredor para miles de indocumentados.
Hace algunos años, en algunas de las célebres Caravanas Migrantes, personalmente contacté a integrantes de la Mara Salvatrucha que se mezclaban con los viajeros que paradójicamente, intentaban dejar atrás a esa pandilla que les hizo imposible la vida en sus países.
Si los viajeros corrían a aquellos mareros, no había problema porque más adelante, otros se pegarían en el camino y así a lo largo de miles de kilómetros en territorio mexicano.
Aquellos individuos me dijeron que se encargaban de señalar qué viajeros podían ser un buen blanco para ser expoliados, exigiéndoles algunos miles de dólares a sus familiares radicados en Estados Unidos. Tampoco les venía mal puntear a alguna jovencita que podría ser útil trabajando en algún burdel de Chiapas o Veracruz.
Al preguntarles a quien contactaban, me respondieron que la Mara tiene sociedad con distintos cárteles en México, por lo que el levantón a cualquier indocumentado se hacía en forma veloz y para ello contaban con la protección de distintas corporaciones policiacas y castrenses en el país.
No mentían: a través de teléfonos desechables que compraban en cualquier tienda de conveniencia, participaban en redes de información que señalaban a los criminales mexicanos, hacia donde mirar.
Así, el aviso está dado: el Tren de Aragua opera en el centro de México y viene por lo suyo, particularmente expoliando indocumentados, mujeres bajo trata y préstamo gota a gota. Como se verá, no todo es CJNG y Sinaloa. También el sur trae sus sorpresas.