Prestaciones en Uber y Didi
El gobierno federal planteó movimientos a efecto de que los trabajadores de plataformas digitales que ganen al menos un salario mínimo, accedan a las prestaciones del IMSS. Se estima que el objetivo serán unas 272 mil personas beneficiarias.
En días recientes, el director de Asuntos Públicos de Uber, Nicolás Sánchez, señaló que ofrecer seguridad social a conductores de taxis y repartidores que trabajan a través de una aplicación podría incrementar las tarifas entre un 40 y 50 por ciento.
En esa lógica, si Uber o Didi entrarán en el tema, las tarifas se dispararon y no pocas personas dejarían de utilizar los servicios por el alto costo. Nicolás Sánchez mencionó que, en México, la marca Uber tiene apenas al 7 por ciento de sus socios, bajo jornadas de 48 horas a la semana.
El funcionario sugiere que lo mejor sería tomar los ejemplos de Reino Unido, India o Chile, donde se creó la categoría “trabajador de plataformas” que permite conservar la independencia de trabajadores, ofrece flexibilidad de horario y otorga seguridad social.
El nacimiento de esta clase de plataformas, al menos en el caso mexicano, fue por la combinación de dos factores: el desastroso servicio de los taxis y la necesidad de servicios como recibir comida y el que miles de personas querían obtener un ingreso extra, aprovechando que tenían automóvil o motocicleta.
Poco a poco, el modelo de plataforma migró a que ya no solo haya cientos de personas que conducen su propio automóvil o moto por horas, sino a personas que pueden obtener un ingreso sin ser dueñas del vehículo, atendiendo un mercado claramente diferenciado al de los taxis normales.
Habrá que considerar los dichos de Nicolás Sánchez, porque en una de esas, la demanda de servicios por plataforma podría hacerse más pequeña, echando a la calle a no pocos, sino a decenas de miles de conductores.
De las anécdotas que se cuentan
El 25 de octubre, Elon Musk anunció la cancelación del vehículo Modelo 2 de Tesla, que se iba a producir en la Gigafactory de Nuevo León.
La cancelación del modelo se suma a “la pausa” en la construcción de la Gigafactory en Santa Catarina, Nuevo León, un proyecto presentado en 2022 por Musk y el gobernador Samuel García, frustrado aspirante a la candidatura presidencial por Movimiento Ciudadano.
El proyecto de la planta en Nuevo León fue suspendido en julio de 2024 y es difícil separar el truene de esta supuesta inversión, de los guiños que Musk ha enviado en repetidas ocasiones hacia el candidato presidencial republicano Donald Trump.
Tales guiños no son precisamente desinteresados, considerando que Trump ha dicho largamente que apenas tome posesión como presidente de los Estados Unidos y firmará aumentos espeluznantes a los aranceles de autos fabricados en México.
El golpe es enorme: se esfumó la inversión de 10 mil millones de dólares para México. García optó por decir que “hay mucho en materia de Internet de las Cosas e Inteligencia Artificial, empresas como Siemens, ZF, Volvo, Bosch, Tata, en una gira a India logramos consolidar tres de las diez grandes empresas de tecnología, ya están aquí en Nuevo León”.
Si se toman en cuenta los pronunciamientos del gobierno federal, particularmente los de nuevas inversiones en el último año de López Obrador, los 10 mil millones de dólares de Tesla respecto a los 48 mil millones que señaló la Secretaría de Economía, equivalen a que desapareció en un parpadeo el 20.83 por ciento de las inversiones con las que contaba para el cerrojazo del sexenio.
Es parte de lo que puede venir con Trump al volante de la economía de nuestro principal socio comercial y nos recuerda que el comercio exterior es oportunidad y política, mucha política, máxime en año electoral.
El próximo martes son las elecciones presidenciales en Estados Unidos y Tesla no tiene fecha para llegar a Nuevo León.
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*ARD