Angustia por Volkswagen
En la década de los 80 y 90 del siglo pasado la confrontación sindical y la inestabilidad laboral en la planta automotriz Volkswagen, generaron varias huelgas que pusieron a temblar la economía local, la cual desde entonces se movía en torno a la producción de autos.
Hoy, en 2022, parece repetirse la escena, los días previos al emplazamiento establecido para el 18 de agosto a las 11 horas están dominados por la ansiedad y la tensión de lo que una suspensión de laborales puede generar, no sólo en las familias de los trabajadores, casi 12 mil empleos directos, sino decenas de miles que son indirectos y están alrededor de la industria armadora de vehículos.
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La decisión negativa de la mayoría de los trabajadores que acudieron a la consulta del viernes 5 de agosto para fijar su posición ante la propuesta de aumento salarial y de prestaciones, junto con la revisión de cláusulas del Contrato Colectivo de Trabajo, propició que actores políticos y sociales emitieran sus opiniones y llamaran a las partes al diálogo y la mesura.
Por ejemplo, el gobernador Miguel Barbosa reiteró nuevamente ayer martes su exhorto a los trabajadores de Volkswagen a lograr un acuerdo salarial con la finalidad de preservar a la empresa y que fortalezcan su fuente de empleo.
Estimó que la armadora es parte fundamental de la vida económica de Puebla, además de que ha demostrado siempre su responsabilidad social con los trabajadores y el estado.
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Insistió que el diálogo es la vía para resolver el incremento salarial y que la propuesta del 11 por ciento mantendría al personal de VW de México como los mejores pagados del país.
Hizo votos porque pronto lleguen a un acuerdo que beneficie a los trabajadores.
Hasta ayer por la mañana, la empresa se había mantenido en silencio públicamente, pero al correr las horas y a 9 días de que puedan colocar las banderas rojinegras en la planta emitió el siguiente comunicado para fijar posición y advertir riesgos ante el conflicto con sus trabajadores.
“Tras varias semanas de negociación entre la comisión negociadora de la empresa y la comisión negociadora de los trabajadores sindicalizados, ésta última integrada por los delegados de todas y cada una de las secciones productivas de la empresa, así como trabajadores de base, quienes acompañaron en todo momento durante este proceso al liderazgo del Sindicato Independiente de la Industria Automotriz Volkswagen (SITIAVW), se alcanzó un acuerdo positivo con la base trabajadora.
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“En la negociación, que inició el 20 de junio y que concluyó el 20 de julio del presente año, se analizaron con profundidad los desafíos económicos y sociales que impactan la economía a nivel mundial y, por consecuencia, a nuestras operaciones en México, estudiando eventos tales como la pandemia por coronavirus y las distorsiones en las cadenas de suministro y logísticas que encarecen la operación y producción en la Industria automotriz; así como el elevado costo de las materias primas, aunado a la falta de abasto de semiconductores que ha impactado por más de un año a la producción de vehículos.
“Ante este por demás complejo contexto, Volkswagen de México realizó el mayor esfuerzo, logrando una oferta salarial por encima de la inflación y que ha sido difundida ampliamente en los medios de comunicación.
“Lo anterior buscando en todo momento preservar la estabilidad y competitividad laboral que le permita seguir beneficiando a las cerca de 12 mil familias que dependen directamente de la empresa y de otros cientos de miles de familias que participan en la proveeduría directa e indirecta, misma que propicia la derrama económica en el comercio, los servicios y el empleo que esta compañía representa, al aportar con su presencia el 30% del PIB del Estado de Puebla.
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“Por esta razón, vemos con sorpresa que los resultados de la votación no alcanzaran una amplia mayoría a favor.
“Hacemos un llamado a todo nuestro personal para proteger lo que juntos hemos construido con tanto esfuerzo, y no pongamos en riesgo la consolidación de nuestro futuro común, de manera muy especial al grupo que voto en contra del acuerdo.
“Nuestro compromiso como empresa es mantener el diálogo constructivo con el sindicato y la comisión designada, por lo cual solicitamos respetuosamente a la autoridad que se sume a este proceso, y que brinde su apoyo, que permita privilegiar un proceso con base en la razón”.
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Sin decirlo explícitamente, VW señala que hizo su mayor esfuerzo y sin negarse a negociar no tiene por ahora un ofrecimiento mayor, además la situación se da en el contexto de nuevas inversiones para la producción en 2026 de unidades eléctricas y por lo tanto de aumentar las plazas de trabajo.
Sin embargo, los sindicalizados están en su derecho y la huelga es un elemento de presión legal para defender su posición que es conseguir un aumento mayor, quizá tres puntos más para llegar a 14%, y la revisión del clausulado de su Contrato para no salir afectados en sus cuotas de retiro y en su situación médica.
Una huelga en VW por supuesto afectaría la economía poblana, ya de por si apenas intentando recuperarse, pero el balón está en juego, la empresa que defiende sus proyectos y su utilidad y enfrente los trabajadores que hacen uso de su derecho a la huelga para conseguir más beneficios por su trabajo.
Será el jueves de la próxima semana el día definitivo, por lo que las siguientes horas crecerá la tensión entre los factores de la producción y el gobierno como mediador, porque ahora por la reciente Reforma Laboral deben llegar a una propuesta que nuevamente se pondrá a consulta con la base sindical y ahí si todo puede suceder.
Hacía años que Puebla no padecía la incertidumbre y la ansiedad ante una huelga de Volkswagen, empresa que genera el 30 por ciento del Producto Interno Bruto del estado.
Hay razones para preocuparse.
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De las anécdotas que se cuentan
Una fuga de crudo en el Pozo Santa Águeda de Petróleos Mexicanos (Pemex) ha puesto contra las cuerdas a productores locales del municipio de Papantla, afectando docenas de arroyos y cultivos en el estado de Veracruz.
Los trabajadores de Pemex se tardaron casi diez días para controlar la fuga, por lo que el combustible tuvo tiempo de sobra para arrasar con lo que encontró en su camino. Expertos calculan que, durante ese tiempo, más de 10 millones de litros de combustible se vertieron sobre el ecosistema de la región.
El petróleo arrasó con sembradíos de naranja, plátano y maíz e innumerables pastizales, agrediendo al ganado de la zona. Los lugareños calculan que el total de cultivos perdidos por el derrame es superior a 25 hectáreas.
Pero eso no es todo: el petróleo alcanzó las aguas del río Cazones, por lo que es obvio que los daños lleguen a Poza Rica, Tihuatlán y el propio municipio de Cazones.
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Las autoridades de una de las poblaciones agredidas, San Miguel Mecatepec, ya denunciaron que Pemex había controlado la fuga, pero no había establecido diques de grava para evitar que el agua contaminada arribe hasta el mar.
Ante semejante panorama, cabe preguntarse si Pemex no debería enfocar una minúscula porción de los 12 mil 500 millones de dólares que se han enviado para la refinería Dos Bocas, para contener esta grave situación.
Hay un elemento que fortalece la sugerencia: si la refinería no tiene tuberías funcionales que permitan poner en operación esas instalaciones, una pequeña cantidad distraída de esa inversión podría remediar el caos de Santa Águeda.
La respuesta en todo caso, es predecible.
Las emergencias no lucen bien en la foto.
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*ARD