Ahora que en Puebla hay por lo menos treinta secretarios de Seguridad Ciudadana en igual número de municipios y el vicealmirante Francisco Sánchez González, como secretario de Seguridad Pública estatal, vale la pena recordar estas historias.
El 8 de noviembre, un comando armado mató a un contraalmirante de la Marina Armada de México, en Manzanillo, Colima. Los medios locales identificaron a la víctima como Fernando Guerrero Alcántar.
Se dijo que el contraalmirante estaba manejando su vehículo privado “por lo que no estaba claro si los sujetos que le dispararon sabían quién era”, señaló un vocero de la secretaría.
Apenas el 5 de noviembre, otro elemento activo de esa dependencia fue asesinado en Iguala, Guerrero. Cristian “N” se encontraba de vacaciones en la entidad y fue atacado cerca de un centro comercial, cuando se encontraba en su auto.
En 2013, “Los Caballeros Templarios” emboscan y ejecutan al vicealmirante Carlos Miguel Salazar, también en Colima, territorio esencial para el contrabando de precursores químicos para producir fentanilo. Colima es territorio del Cártel Jalisco Nueva Generación. Es su feudo.
Difícilmente podría darse una ejecución de esa magnitud sin que el cártel no estuviera enterado. Así, cabe preguntarse por qué aumentar más la temperatura en ese lugar.
A menos que la decisión desde los niveles más altos del cártel sea cometer un agravio en contra de la Marina Armada, sin importar las consecuencias.
O, ¿hay otra organización capaz de plantar cara al cártel más poderoso de México y a la Secretaría de Marina al mismo tiempo?
Están ocurriendo cosas complicadas en nuestro país.
Y no cabe la menor duda que apenas hemos entrado a un túnel oscuro, del que no se sabe cuándo se verá la luz.
A los poblanos, que vivimos en un estado sin mar, a partir del 14 de diciembre nos cuidarán los marinos. No hay que desestimar.
De las anécdotas que se cuentan
El 9 de noviembre se juntaron dos videos que de poco o de nada abonan a la gobernabilidad del estado de Guerrero: primero, la imagen de la gobernadora Evelyn Salgado, cantando junto al Coque Muñiz, con todo y casi una docena de ejecutados en la entidad, solo en un día.
Pronto, hubo quien pusiera la cara por la gobernadora y se posiciona la especie de que no le quedó de otra más que acudir a esos actos para promover el turismo en la entidad, dado que anda de capa caída con fenómenos naturales y matanzas.
Sin embargo, las cosas ya no pudieron explicarse de forma tan sencilla cuando la diputada de Morena en Guerrero, Citlali Yaret Castillo Téllez, presumió su viaje a bordo de una Tesla Cybertruck por las calles de Chilpancingo.
La grabación presenta el recorrido y la vista desde el asiento del copiloto donde se ve a la diputada de Morena, sin omitir que rebasa los límites de velocidad.
“Se siente que se desprende tu alma”, se escucha decir a la legisladora mientras la camioneta vuela sobre la autopista. Tras la quemada en las redes sociales, Castillo Téllez dijo que la camioneta no era suya, sino de un amigo, un empresario de Tlacotepec.
“(...) Decirles que no ha sido la primera vez que he estado a bordo de esa camioneta.”, abundó la diputada en un video que subió a su cuenta de Facebook.
Más allá de la especie de que una está haciendo su trabajo, cantando y otra se mueve en una camioneta de 2 millones y medio de pesos, que no es suya, la pregunta obligada es quién les dijo que la frivolidad en medio de la tragedia, no solo es irresponsable sino un mal mensaje para quienes son sus gobernados.
Todo lo anterior sin omitir que hay docenas de políticos, de todos los partidos, dejándose ver en ocurrencias como esas.
Sin sentido común, la ocurrencia es mandato.
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*ARD