La violencia vs. las mujeres

Del Reportero

Revisando los datos oficiales de la Fiscalía General de Puebla, en el lapso de enero a septiembre de 2024, se formularon 2 mil 378 denuncias por violencia familiar y 329 por abuso sexual, específicamente por casos ocurridos en la ciudad de Puebla, no en todo el estado.

Violencia familiar, señala el Código Penal de Puebla en su Artículo 284 bis que:

“Se considera como violencia familiar la agresión física, moral o patrimonial de manera individual o reiterada que se ejercita en contra de un miembro de la familia por otro integrante de la misma, con la afectación a la integridad física o psicológica o de ambas, independientemente de que puedan producir afectación orgánica”.

Sin embargo, la información señala que la aplastante mayoría de las víctimas de este delito son mujeres, ya sean niñas, jóvenes o adultas.

Los datos dan una idea de la magnitud del problema. Según la Fiscalía, recibieron en enero, 199 denuncias; febrero, 175; marzo, 241; en abril, 245; mayo se disparó a 271; junio, 246; julio, 263; agosto, 342 y septiembre, 396. Así, en el lapso enero a septiembre van 2 mil 378 denuncias de casos ocurridos en la capital.

En abuso sexual, el Código Penal apunta en su Artículo 260 que:

“Comete el delito de abuso sexual quien, sin el propósito de llegar a la cópula: I. Ejecutare en una persona mayor de catorce años de edad o le hiciere ejecutar un acto erótico sexual, sin su consentimiento, mediante consentimiento viciado o la obligue a observarlo, y II. Ejecutare en una persona o le hiciere ejecutar un acto erótico sexual, o la haga observarlo aun con consentimiento viciado, tratándose de menor de catorce años de edad o en otra circunstancia de desigualdad o sumisión de la víctima respecto al victimario que le impida oponer resistencia”. 

Por su parte, los casos reportados de abuso sexual fueron: 32 en enero; 28 en febrero; 32 en marzo; 37 en abril; 34 en mayo; 39 en junio; 43 en julio; 49 en agosto y 35 en septiembre de este año, acumulando 329 en los 9 meses de referencia.

En la cifra negra, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística señala en la edición de septiembre 2024 de su Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad que, en el caso del estado de Puebla, la cifra negra es del 92.9 por ciento, lo que significa en números redondos que, por cada 100 delitos efectivamente cometidos, sólo se denuncian 7.

Así, si se aplica ese criterio, ya no serían 2 mil 378 denuncias por violencia familiar y 329 por abuso sexual, sino 33 mil 493 en el primer caso y 4 mil 634 en el segundo.

Dicho de otra forma, considerando 270 días transcurridos entre enero y septiembre, se darían 124 denuncias diarias por el primer delito y 17 en el segundo.

Más allá de que las víctimas acudan a denunciar ante la autoridad correspondiente, los datos señalan algo extraordinariamente grave: ambos delitos suelen cometerse en una vivienda y no en la calle, por lo que el enemigo no es un delincuente o desconocido.

Literalmente, las mujeres poblanas conviven con sus agresores.

Y en esto, poco o nada puede intervenir la Fiscalía.

El problema es de una abrumadora pérdida de respeto hacia las mujeres y aquí, es responsabilidad de todos.

 

De las anécdotas que se cuentan

A las afueras de la Catedral de Guadalajara, la noche del sábado 26 de octubre se dio la exhibición de un desastre del que las autoridades municipales en todo el país deben tomar nota: un automóvil embistió a un grupo de personas que desarrollaban una reunión católica.

Por alguna razón, muchos medios de comunicación se han enfrascado en señalar que los manifestantes eran del grupo Provida, como si eso tuviera alguna relevancia frente a arrollar a 16 personas.

Adonde hay que tener cuidado es en la combinación de tres aspectos: el primero es que el conductor robó la unidad en una zona en la que debería haber una notoria presencia policiaca, dado que forma parte del núcleo central de la ciudad.

El segundo es que dentro del vehículo había un menor de edad. Esto era suficiente para que hubiera sido detenido en forma instantánea, apenas las autoridades se dieran cuenta del hecho y no dejarlo desplazarse.

La tercera y seguramente, la peor de todas, es que el delincuente se metió sin problema a donde estaba la peregrinación, al parecer sin ninguna clase de cortes de circulación que impidieron justamente lo que ocurrió.

Lo sucedido en Guadalajara es el recordatorio idóneo en términos de seguridad pública, de que, si algo puede salir mal, va a salir mal.

No importa si los manifestantes estaban a favor o en contra del aborto; lo que realmente debe poner a pensar a las autoridades es como en un parpadeo, lo imprevisto cobra forma de pesadilla.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Crisanto

*ARD

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