En la agenda política, abatir la inseguridad en el país y en el estado es la mayor demanda social.
Los mexicanos confirmamos que la política de “abrazos, no balazos” no funcionó a lo largo del sexenio federal que está por terminar.
Un conocido investigador del tema de Seguridad Pública advirtió que en las calles de Huexotitla, especialmente a la altura del crucero de la 2 sur y 43 oriente, en menos de un mes una banda a plena luz del día privó de su libertad a dos jovencitas de entre 15 y 20 años, y al no pedir rescate, lo más probable es que sean criminales de trata de personas.
Según la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI las 3 ciudades con mayor porcentaje de población de 18 años y más que reportó haber tenido conflictos o enfrentamientos fueron: la delegación Cuauhtémoc, con 65.3 %; Zapopan, con 60.4 % y Puebla 59.5 por ciento.
“Durante el segundo trimestre de 2024, 44.4 % de la población de 18 años y más, residente en las ciudades objeto de estudio, manifestó que modificó sus hábitos respecto a llevar cosas de valor, como joyas, dinero o tarjetas de crédito, por temor a sufrir algún delito. Además, 39.3 % modificó rutinas en cuanto a permitir que sus hijos o hijas menores salgan de su vivienda”, ese es el tamaño del miedo.
Durante el segundo trimestre del año, el INEGI destaca que 76.7 por ciento de los poblanos se sintieron inseguros en la ciudad y que 37 de cada 100 fueron víctimas de algún robo o extorsión, especialmente en el transporte público, donde 9 de cada 10 poblanos teme ser asaltado o agredido.
A nivel nacional, en junio de 2024, 65.1 % de las mujeres y 52.4 % de los hombres consideraron que vivir en su ciudad es inseguro. En cuanto a la percepción de inseguridad en espacios físicos específicos, 67.9 % manifestó sentirse insegura en los cajeros automáticos localizados en la vía pública; 62.7 %, en el transporte público; 53.7 %, en la carretera y 52.9 %, en el banco.
El 32.4 % de la población de 18 años y más consideró que, en los próximos 12 meses, la situación de la delincuencia e inseguridad en su ciudad seguirá igual de mal. El 18.1 % de la población espera que la situación empeorará en los próximos 12 meses.
De la población que mencionó haber visto o escuchado conductas delictivas o antisociales en los alrededores de su vivienda durante el segundo trimestre de 2024, 60.3 % se relacionó con consumo de alcohol en las calles; 47.8 %, con robos o asaltos; 39.9 %, con vandalismo en las viviendas o negocios; 39.5 %, con venta o consumo de drogas; 36.4 %, con disparos frecuentes con armas; 24.3 %, con bandas violentas o pandillerismo; 15.1 %, con tomas irregulares de luz y 3.3 %, con robo o venta ilegal de gasolina o diésel, el huachicol.
Son datos oficiales de una instancia gubernamental, el INEGI, que reflejan la realidad de la inseguridad en México y en Puebla.
No se trata que los niveles de gobierno se echen la culpa entre ellos, sino de que se aplique un Plan Nacional de Seguridad que abarque a la federación, los estados y los municipios. Que funcionen investigación, inteligencia y fuerza se enfrente al crimen, que sin piedad agrede a personas y familias.
La sociedad reclama seguridad no más “abrazos” a la delincuencia.
De las anécdotas que se cuentan
Los resultados de la elección a la presidencia en la capital poblana no están en juego por la alquimia electoral que se practicó por consejeros o personal del Instituto Electoral del Estado, para quitarle alrededor de 30 mil votos a Morena y aplicarlos a favor de Fuerza por México y Nueva Alianza.
El Comité Municipal Electoral envió actas con firmas del resultado final, pero el Consejo del IEE mando a publicar en el Periódico Oficial del Estado números distintos.
El candidato perdedor, Mario Riestra y no el PAN, presentó una denuncia por fraude electoral.
Claro un fraude de la autoridad, que regresó a la alquimia del siglo pasado.
Además, confirmaron que no saben contar.
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*IC