El periodo administrativo que empezará en diciembre próximo, será distinto a todos los que hemos conocido en Puebla.
Primero, porque serán seis años que gobierne la izquierda y un solo mandatario, Alejandro Armenta, quien es el primer administrador público profesional que consigue ese encargo y cuenta con una carrera política y de funcionario de más de tres décadas.
En ese periodo, ha sido presidente municipal, director del DIF estatal, secretario de Desarrollo Social del estado, director General de Población federal, diputado y senador de la República. Una experiencia política acumulada como pocos poblanos en este momento y que ofrece resultados positivos para la entidad.
En este momento está dedicado al cien por ciento en el proceso de Transición.
Armenta mantiene una relación institucional y cordial con el actual gobernador, Sergio Salomón Céspedes, y juntos han sostenido las reuniones previas necesarias para arrancar formalmente este uno de agosto el cambio de manos en sus equipos, definidos en comisiones. Para diciembre todo debe estar en orden para que de inmediato empiece la nueva administración estatal, comprometida en participar en la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación.
En estos días se conocerá que la actual legislatura discutirá en comisiones las reformas propuestas por el próximo gobernador constitucional para que en agosto o principios de septiembre se aprueben los cambios a la Ley de Administración Pública Estatal, que contempla ajustes y nuevas secretarías y dependencias públicas.
La próxima legislatura, con una contundente mayoría morenista y de sus aliados, entrará el 15 de septiembre y a ella le tocará el presupuesto para 2025 y definir las nuevas políticas públicas que se dicten desde el Poder Ejecutivo.
Del futuro gabinete no habrá datos hasta después de septiembre, Alejandro Armenta, no tiene prisa en designarlos y menos en exponerlos a la crítica y el golpeteo político. Él y sólo él designará a sus funcionarios hombres y mujeres, habrá equidad, con los que sacará adelante su gobierno que promete desde ahora será diferente y con resultados efectivos para los poblanos.
En seis años, la izquierda gobernará Puebla y cuenta con el respaldo popular de casi dos millones de votantes, que no son pocos.
De las anécdotas que se cuentan
La Reforma Judicial no sólo inquieta a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, también ahora es tema en los pasillos de los Tribunales Superiores de Justicia de los estados.
Un magistrado poblano confió que ellos esperan que no haya cambios y no los dejen sin chamba en 2025. Menos quieren que los manden al desempleo o a insaculaciones y elección popular como propone el presidente López Obrador que se apruebe en septiembre.
Cuando magistrados y jueces estatales regresen de vacaciones la próxima semana se notará la inconformidad, que, pese a toda explicación, empieza a permear entre la base trabajadora que digan lo que digan vive de prebendas de los litigantes.
Con eso de “cero corrupción” los encargados de la administración de la Justicia en Puebla tiemblan.
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