Con las vacaciones de Semana Santa y el intenso calor de primavera, varias familias aprovechan para disfrutar y descansar en los balnearios. Estos espacios públicos son conocidos por su cercanía y sus precios accesibles; aunque son oportunidades de esparcimiento muy divertidos, pueden convertirse en un foco de infecciones que ponen en riesgo la salud si no se mantienen las debidas medidas de higiene.
Si los procesos de saneamiento de las albercas no se realizan correctamente puede favorecer el desarrollo de enfermedades. Aunque las piscinas se limpien con cloro y químicos para eliminar los microorganismos, hay otros factores que pueden poner en riesgo la salud como la temperatura del agua y los hábitos de higiene de los demás visitantes.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) demostró que en las piscinas sucias se encuentran diversos microorganismos que pueden provocar padecimientos como:
- Diarrea: Según la CDC cada persona porta cerca de 0.14 gramos de heces con millones de gérmenes en el cuerpo o en la ropa, de modo que al ingresar al agua estas heces se desprenden involuntariamente contaminando el agua con restos fecales contagiosos.
- Salpullido: El mal mantenimiento puede causar una foliculitis por Pseudomonas. Este padecimiento causa salpullido cutáneo, dermatitis, irritación y onicomicosis en la piel o en los pies.
- Dolor de oído: El agua que queda atorada en el canal auditivo externo puede convertirse en un ambiente húmedo propicio para la multiplicación de bacterias que producen dolor, picazón y secreción en el oído.
- Infecciones respiratorias: Microbios como la Legionella puede desarrollar un tipo de neumonía conocida como la enfermedad del legionario. Además, la temperatura del agua puede generar tos y congestión nasal.
- Conjuntivitis: El contacto directo del agua con los ojos y la exposición prolongada al sol podría ocasionar irritación o comezón en los ojos, por esta razón es recomendable usar goggles y lentes oscuros.
- Infecciones vaginales: El exceso de cloro en el agua puede poner en riesgo la flora bacteriana vaginal de las mujeres, aunado a esto la humedad en esta zona favorece a la proliferación de hongos.
Para evitar estas enfermedades es importante asegurarse de que el agua es apta para nadar en ella, además de evitar que las personas con enfermedades estomacales ingresen a la alberca. Otros consejos sugieren no entrar con heridas ni beber agua de las piscinas, luego de nadar se deberán bañar y asegurarse de secar los oídos adecuadamente. (AD)
Con información de E-consulta
*VV