Óscar Guerra Ford, excomisionado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), renunció a su actual cargo como secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Transparencia, luego del escándalo desatado porque pagó un ‘table dance’ con una tarjeta corporativa.
El pleno del Inai informó que el excomisionado se separó de su cargo para que se realicen las investigaciones correspondientes, además de que se le dio vista al Órgano Interno de Control (OIC). “Los dos secretarios del INAI, Óscar Mauricio Guerra Ford y Rosendoevgueni Monterrey Chepov, presentaron sus renuncias a los cargos que desempeñaban, a fin de facilitar las investigaciones correspondientes”, señalaron en redes sociales.
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Este sábado 11 de noviembre la revista Contralínea, en un texto de la periodista Nancy Flores, revela que en 2014, el entonces comisionado Guerra Ford tenía asignada una tarjeta corporativa American Express con la que realizó 94 cargos de gastos personales, entre los que destacan tres que realizó en un ‘table dance’ de nombre Curazao, y cuyo establecimiento fue clausurado en 2018 por ejercer trata de personas en su modalidad de prostitución.
El primer cargo fue el 22 de agosto de 2014, por 2 mil 350 pesos, y los otros dos el 23 de agosto de 2014, por 14 mil 523 pesos y 3 mil 538 pesos, respectivamente. En total, 20 mil 411 por la cena que el excomisionado asegura que tuvo “con compañeros de trabajo”, es decir, del Inai, destaca el reportaje.
Pese a esa evidencia, en 2016 cuando el pleno del Inai de entonces —presidido por Ximena Puente de la Mora y los comisionados Francisco Javier Acuña Llamas, Areli Cano Guadiana, Rosendoevgueni Monterrey Chepov, Joel Salas Suárez y Patricia Kurczyn (entonces ponente del caso)— tuvo conocimiento de las irregularidades, pues pese a que era una tarjeta corporativa, es decir, con dinero público, haciendo gastos personales, los comisionados determinaron no ejercer ninguna sanción contra su compañero, ni tampoco lo hicieron del conocimiento del OIC.
En cambio, subraya Contralínea, el Instituto testó el documento de estado de cuenta de la tarjeta porque consideraron que se daría cuenta del patrimonio y capacidad económica de Guerra Ford, además de que alegaron que el funcionario había terminado reponiendo el costo de esos gastos, para lo que le dieron un plazo de siete días.
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“Los movimientos bancarios permiten identificar los conceptos de los gastos que fueron solventados con el patrimonio de una persona física, lo que daría cuenta de su patrimonio y su capacidad económica. En ese sentido, este Instituto estima procedente la clasificación como confidencial de los datos referidos, con fundamento en el artículo 18, fracción II de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental”, consideró el organismo autónomo que presuntamente vela por el derecho a la información de los ciudadanos.
Sobre los cargos en el ‘table dance’, el excomisionado insiste en que fue por una cena con sus compañeros de trabajo, además de que dijo desconocer que se ejerciera la prostitución en el lugar, pero jamás negó que no tuviera conocimiento de que fuera un ‘table’.