Puebla, Pue- Engrillados, hombres y mujeres, con los rostros cubiertos, cadenas sobre sus cuerpos llenos de grandes espinas en forma de corona, así como otras incrustadas en pecho, espalda, brazos y piernas, descalzos cumplieron con la manda de “penitencia” que prometieron hacer como acto de fe en esta Semana Santa.
Llenas de fe, las familias acompañaron a los adultos mayores, algunos jóvenes y mujeres que se han ido integrando a esta tradición para participar como “engrillados”, quienes al final del día son personas que intentan representar la fe humana entre católicos y la bondad de quienes los acompañan para hacerlos más fuertes en sus recorridos interminables.
“Es tener la voluntad, que te nazca del corazón para poder aguantar. Lo más difícil es hacer el recorrido en medio del sol caliente, se trata de cumplir con el doloroso camino. Todos salimos con devoción y fe”, dijo Don Jacinto ex engrillado, quien ve con buenos ojos que ahora mujeres han empezado a participar como engrilladas.
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Templos religiosos de diferentes municipios del interior del estado fueron los lugares donde los grupos de entre 50 y 100 personas se prepararon antes de iniciar la caminata descalzos, ya que tenían que soportar los fuertes rayos de sol.
A decir de quienes participaron, no solo se trata de la participación de engrillados, sino también de sus familiares y amigos, que tienen la encomienda de vigilar y ayudar con agua a quienes hacen el recorrido cargando pesadas cadenas en el cuerpo y con el rostro cubierto soportando el fuerte calor.
Entre los municipios donde más arraigada está esta tradición, es Atlixco, Huaquechula, San Nicolás de los Ranchos, Nealticán, donde los penitentes se preparan hasta con seis meses de anticipación o más, ya que llegado el momento tienen que soportar las fuertes temperaturas, caminar descalzos arrastrando cadenas y cargando algunos, una cruz con coronas de espinas.
Algunos suman a esta carga el arrastre de piedras, para hacer aún más cansado su recorrido, pero aun así externaron que el próximo año están dispuestos a ser engrillados con más gusto, para demostrar que este es un acto de fe y amor en busca de sanar culpas, pero también por rescatar la sensibilidad humana.
*ARD