Este lunes un joven mató a una maestra y una adolescente, durante un tiroteo en un instituto de secundaria de St. Louis, Missouri, y luego falleció abatido por la policía, no sin antes expresar que estaba “harto de esta maldita escuela”.
La policía no ha dicho qué conexión, si es que tiene alguna, tenía con la escuela en el 3125 de South Kingshighway, donde entró a atacar. Sin embargo, testigos dijeron al diario St. Louis Dispatch que lo oyeron decir que estaba harto de ella.
En determinado momento, el arma que llevaba se atascó, lo cual dio tiempo a los alumnos de escapar.
Las autoridades tampoco han revelado los nombres de la mujer y de la adolescente que murieron, pero los familiares de la primera la identificaron al Post-Dispatch como Jean Kuczka, de 61 años, y explicaron que enseñaba salud y educación física. Kuczka vivía en Dittmer, Missouri.
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Una hija de Kuczka detalló al medio que el agresor entró al aula 323, donde estaba su madre, quien se puso frente a él para proteger a sus alumnos.
Las puertas de la escuela estaban cerradas y, según The New York Post, el atacante tardó en entrar, lo que dio tiempo a las autoridades escolares a gritar por el altavoz la palabra clave para indicar que había un tirador en el edificio y para que maestros y alumnos se protegieran.
David Williams, maestro de matemáticas, dijo que escuchó varios disparos afuera de su salón y que el vidrio de una de las ventanas del salón se rompió. Luego escuchó al atacante decir “todos van a morir”.
Raymond J. Parks, profesor de danza en la escuela, dijo al Post-Dispatch que estaba a punto de dar una clase de ballet cuando vio de reojo a un hombre vestido de negro con un arma larga. Parks contó que el hombre le apuntó con el arma pero no disparó por alguna razón.
Taniya Gholston, de 16 años, estaba en la clase de danza y alcanzó a ver al agresor, pero no lo reconoció. Parecía demasiado mayor para ser un estudiante, explicó.
“Dijo algo así como ‘estoy cansado de esta maldita escuela’ y ‘estoy cansado de todo el mundo en esta maldita escuela’”, añadió.
Taniya dijo que el arma del tirador finalmente se atascó y que ella pudo correr para ponerse a salvo.
Ja'miah Hampton, de 16 años, estaba en clase de canto en la cuarta planta del edificio cuando oyó disparos en la tercera planta. “Escuché uno grande, y luego hubo tantos que dejé de contar”, dijo. Aseguró no entender “por qué la gente es tan cruel”.
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Dakota Willard, de 14 años, quien asiste a la Escuela Colegiada de Medicina y Biociencia —también alojada en el edificio donde está la secundaria—, dijo que vio a una niña tendida al final de un pasillo que une las dos escuelas. “Lo que vi fue traumatizante”, dijo Willard.
Fue justo en el tercer piso del edificio donde los agentes de policía intercambiaron disparos con el atacante y lo mataron. Ningún agente resultó herido.
La rápida respuesta contrastó con los más de 70 minutos que la policía de Uvalde, Texas, tardó en actuar con el atacante de una escuela primaria que mató a 19 niños y dos maestras, antes de ser abatido.
*MG