Puebla, Pue- La democracia como cualquier otro régimen político puede cambiar, puede modificarse, el gran problema se observa el aumento de regímenes autoritarios y el aumento de regímenes basados en el carisma personal, y estos dos elementos, son preocupantes porque tienden a promover las tiranías, aseguró Juan Pablo Aranda Vargas, director del departamento de Formación Humanista de la UPAEP.
El académico aseguró que, en México, se lleva varias décadas de estar viviendo un antagonismo social, pues el país está partido y ha sido estratégicamente partido en dos grandes grupos, “los buenos y los malos; los pobres y los ricos, los que sí quieren a la patria y los traidores de la patria, escenario que está dañando el tejido social del país”; es decir, una ciudad no puede convivir siendo dos ciudades en realidad”, enfatizó Juan Pablo Aranda.
Dijo que el problema de la paz es un problema sistémico, no se puede atender desde una sola visión o desde una estrategia de seguridad, no es un problema antropológico o sociológico. Atañe a una gran cantidad de factores que deben ser analizados y tratados como tal.
Te puede interesar: Investigadores Upaep buscan material genético Covid en el Río Atoyac
“El culto al líder, el culto a estos grandes salvadores de la patria, fue una situación que experimentamos con toda claridad en la segunda mitad del siglo pasado. Estamos caminando hacia regímenes más autoritarios y eso es muy grave. También estamos viendo una retirada de la arena social, el regreso de los localismos, el regreso de la xenofobia en el ambiente geopolítico”, acotó.
Señaló que, en lugar de tener una cultura democrática, una cultura de diálogo, de razonamiento, de exposición de argumentos o negociación, lo que tenemos es una cultura de banderas, en donde unos son “guindas y otros azules o verdes,” y lo que se está observando es un incremento del irracionalismo en el mundo y en nuestro país, sucede lo mismo.
“Hoy en día podemos observar que la gente ya no quiere discutir, ya no quiere argumentar, lo único que quiere es dar un manotazo en la mesa, ganar la partida, destruir al enemigo y esto no es democracia; la democracia necesita del diálogo y de que seamos capaces de ponernos en los zapatos del otro y dialogar con él, así como negociar con él, es decir, nadie puede ganarlo todo y eso lo estamos perdiendo de una manera grave”, afirmó Aranda Vargas.
Te puede interesar: Upaep Exponential acercará a personas a conocer la institución
Acotó que todos estos niveles tienen que hacer un alto en el camino, analizar cómo se mueve socialmente y en el caso del gobierno, tiene que parar también la lógica del antagonismo, no sólo el gobierno, sino también la oposición, ambas partes están jugando una lógica de cero, todo o nada y esta situación en conjunto no promueven la democracia. “No es un juego de odiar, al contrario, porque no es un traidor, no es un enemigo, en la democracia lo que se tiene es que son competidores, tenemos partes de un todo y eso es uno de los cambios que tenemos que hacer de manera urgente.
Por último, Juan Pablo Aranda, subrayó que se tiene que romper con la cultura del individualismo “monádico”, es decir, el individuo cerrado así mismo, que es parte del problema de no poder vivir en paz. La imposibilidad de ver al otro, como otro que tiene derechos, dignidad, que no puede ser utilizado o ser convertido en un medio para los fines de uno, es algo que se ha perdido y es necesario recuperar en estos momentos, porque no estamos encontrando armonía en las familias, en la sociedad y en todos los sectores sociales.
*ARD