Los cuerpos de los dos sacerdotes jesuítas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar fueron sepultados en el atrio del templo San Francisco Javier en la comunidad de Cerocahui.
El sepelio estuvo lleno de habitantes de Cerocahui y otras regiones de la Sierra Tarahumara de Chihuahua, quienes entre lágrimas, cantos, aplausos y globos blancos despidieron a los dos padres jesuitas.
Después de concluir la misa oficial, la comunidad jesuita cargó ambos féretros de los sacerdotes para depositarlos en las fosas que se abrieron en el pasto de la entrada principal del templo San Francisco Javier en Cerocahui.
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Tras concluir el sepelio las personas comenzaron a retirarse del templo, ya que de nueva cuenta la lluvia llegó a la región Tarahumara.
También se desplegó un operativo de seguridad por parte de elementos de la Guardia Nacional, Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Fuerza Aérea Mexicana, Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) y autoridades locales.
En los últimos 30 años han sido asesinados más de 60 sacerdotes en el país, la mayoría en el sexenio del priista Enrique Peña Nieto, de acuerdo con datos del Centro Católico Multimedial.
“Detrás de los asesinatos de estos sacerdotes podemos encontrar signos de que el crimen organizado está detrás de ello”, aseguró el director del Centro Católico Multimedial, padre Omar Sotelo.
Según sus cifras, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari fueron asesinados cuatro religiosos católicos, entre ellos el carde-nal de Guadalajara, Juan Jesús Posadas Ocampo, quien perdió la vida en fuego cruzado entre integrantes de los cárteles de la droga en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, Jalisco.
En la administración de Ernesto Zedillo se contabilizaron tres; con Vicente Fox, cinco; Felipe Calderón, 17; Peña Nieto 24 y dos curas desaparecidos.
“En lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador suman siete, indicó Sotelo en entrevista.
Comentó que los estados con más asesinatos de sacerdotes son Ciudad de México, Guerrero, Veracruz, Chihuahua, Michoacán, Puebla y Tamaulipas.
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“México es por 13 años consecutivos uno de los países más peligrosos para ejercer el sacerdocio como lo es también para el periodismo y otras profesiones”, indicó el religioso.
Consideró que en los últimos meses se ha evidenciado una situación de inseguridad en el país, que demuestra la poca eficacia de las instituciones policiacas.
Agregó que la mayoría de los asesinatos contra religiosos católicos siguen impunes, ya que las carpetas de investigación sólo fueron abiertas por las fiscalías sin avanzar en la detención y condena de los responsables.
*IR